El miedo afecta al 20% de los conductores
Una de cada cinco personas padece ansiedad al volante
Una de cada cinco personas tiene miedo a conducir. Así lo revela un estudio elaborado por Vithas Castellón, que apunta que el 22% de los conductores españoles sufren ansiedad cuando conducen y el 19% abandonan la conducción al no poder controlar el miedo que ello les genera.
La fobia, conocida como amaxofobia, tiene lugar antes y durante los desplazamientos y consiste en una desconfianza a la propia conducción en carretera, autopista o ciudad, a ir marcha atrás o adelantar a un camión, a tomar una cuesta o una rotonda e, incluso, a pasar por una determinada calle. Además, también se teme a los comportamientos de otros conductores.
El miedo está ligado a situaciones tan habituales como, por ejemplo, llevar a los hijos al colegio y plantearte la posibilidad de tener un accidente con ellos a bordo, el miedo a sufrir un infarto en la carretera si previamente se ha tenido un episodio cardiovascular o volver a sufrir un incidente si ya se ha experimentado esa situación traumática. Estas situaciones implican, por lo tanto, un perfil muy variado que va a afectar tanto a conductores que se acaban de sacar el carné como a otros ya experimentados.
El psiquiatra castellonense Sergio Arques comenta que «suelen ser personas mayores de 40 años y, más frecuentemente, mujeres; los hombres también la sufren, pero no la reconocen por vergüenza», ya que conducir todavía se considera un acto «muy masculino» en la sociedad, según añade el especialista.
Por lo tanto, expertos consideran «fundamental» realizar un abordaje desde el plano psicológico de estas situaciones, existiendo diversas vías para el manejo del problema, como puede ser la neutralización de los pensamientos que bloquean antes de conducir o la exposición gradual al desplazamiento del vehículo.
Además, entre las opciones planteadas para combatir la fobia por parte de los psiquiatras también aparece la aplicación de técnicas de relajación que permiten controlar la ansiedad, así como el estrés y la tensión que le produce al paciente el verse dentro del vehículo con el fin de generar seguridad y poder normalizar esta práctica cotidiana.