Movilizados por la alta tensión
Muchos ayuntamientos afectados no tiran la toalla en su particular para impedir la implantación de la línea de muy alta tensión (MAT) en Castellón. Una de casi 87 kilómetros que atravesará hasta 16 términos municipales --desde la subestación situada en Morella a la de Almassora-- con la instalación de nada menos que 189 torres gigantes.
Algunos alcaldes, al ver que el proyecto toma impulso, han vuelto a alzar la voz contra Red Eléctrica Española, pero otros son más sinceros al reconocer que llegan tarde, puesto que la declaración de impacto ambiental ya tiene el visto bueno y da permiso a la compañía para desbloquear el avance de esta macropropuesta, tras una década de burocracia con el enorme papeleo que conlleva.
Ediles consultados por este periódico, tanto del PP como del PSPV, abogaban en la edición de ayer por exigir compensaciones a Red Eléctrica. Los propietarios de los terrenos donde se anclarán las torres recibirán el dinero estipulado, pero los ayuntamientos lo tendrán más difícil. No podemos negar que la línea resulta necesaria para contar con un servicio de calidad, pero tampoco que tendrá un importante impacto visual, paisajístico y sonoro, además del evidente peligro que conlleva para las aves. Y, lo que resulta más curioso, no repercutirá en que estos municipios puedan recibir un mejor suministro. Así que bien hará la Generalitat si les acompaña en su empeño de recibir unas compensaciones a todas luces justas. Cosa a la que, como ayer dijo el presidente de la Diputación, sí que están a tiempo respecto a otra MAT, la que ahora ultima Forestalia.