Franc Ortiz inspira con su obra una serie de microrrelatos que sorprenden al lector
Si hay un género en el que impera aquello de que las apariencias suelen engañar, ese es el negro. Las historias de la literatura, el cine o el teatro vinculadas con esta manera de contar están repletas de giros, de personajes llenos de aristas y pliegues, de verdades en la sombra que el lector o el espectador irán descubriendo poco a poco. Y este año, más que nunca, el festival Nules Negre llega cargado de dobles caras, pero sobre todo mucho arte.
La primera cita es con la fotografía. El artista local Franc Ortiz organiza su primera exposición con un formato original y con un refuerzo literario, como no podría de ser de otra forma si detrás está la Asociación Cosas & Musas, cuya esencia y filosofía es la promoción de la lectura.
Esta muestra de 20 fotografías cargadas de creatividad no se verá en una sala o galería como sería la común. Para visitar la exposición, el público deberá ponerse calzado cómodo para darse un buen paseo, pues las imágenes se exponen en los escaparates de diferentes comercios. Cada foto va acompañada de un texto, un microrrelato inspirado en ella y escrito por personas invitadas que, en su mayoría, nunca habían hecho algo así antes.
El proyecto se completa con un concurso. En la entrada de la biblioteca hay expuestas dos fo
Muestra
Las fotos de Franc Ortiz están en los escaparates. tografías sin texto, para que cualquiera que se atreva se lance a imaginar qué cuenta la escena a sus ojos. Como demuestran los microrrelatos ya expuestos, la sorpresa está garantizada.
Pero el acercamiento de Nules Negre al arte no se limita a esta experiencia. La última semana del mes de abril, los colegios y el IES de la localidad participarán en
una actividad diseñada por Cosas & Musas ex profeso para ellos. El misterioso caso de los seres mutantes es su título, y su inspiración llega de la mano del escultor José Antonio Collado, autor de las famosas hormigas gigantes --entre otras múltiples obras-repartidas por la provincia.
Sus esculturas llegarán a los centros y justificarán una actividad en la que, en la clase de educación física, los estudiantes tendrán que superar una serie de pruebas sugeridas por la lectura de una historia interactiva, en la que serán ellos los que escogerán el camino a seguir y, en consecuencia, su desenlace. Leerán, jugarán y aprenderán.