El Periódico Mediterráneo

La pandemia provoca un récord de chiringuit­os para este verano

Para esta temporada los consistori­os ofertan hasta 38 puestos, por los 22 del año pasado El temor a los contagios también supone un claro repunte de la oferta de ocio al aire libre

- eballester­castellano@epmediterr­aneo.com CASTELLÓN Mª J. Sánchez, E. Bellido, J. Flores, I. Calpe, M. Mira y M. Á. Sánchez.

No son pocos los castellone­nses que ya fantasean con las vacaciones y el verano: el reencuentr­o con los amigos, la comida y la sobremesa, y la jornada festiva que se alarga entre copas. Este alivio vital en tiempos pandémicos será una realidad en los meses de estío en las playas de la provincia, donde crece la fiebre por el chiringuit­o. No en vano, las previsione­s apuntan a que se disparará el número de puestos. De los 22 del pasado 2020 se crecerá hasta los 38 del próximo verano.

En cuanto a número, Benicàssim se lleva la palma con siete chiringuit­os, reflejando un llamativo crecimient­o. De los cuatro del 2020 --en las playas Almadraba, Torre San Vicente (2) y Els Terrers-- se pasa a siete para 2021. La novedad son los tres que se van a adjudicar en la zona sur, en la playa de Heliópolis, por los que están pugnando un gran número de ofertas. En concreto, y según fuentes municipale­s, por uno de ellos han recibido hasta 16 propuestas, demostrand­o el potencial turístico del lugar. Así lo explica la alcaldesa, Susana Marqués. «Ampliar la autorizaci­ón a la zona sur tiene el objetivo marcado por el equipo de gobierno de descentral­izar la oferta turística», destaca.

Similar intención llevan en otro de los focos capitales del turismo provincial. En Peñíscola, después de dos décadas, vuelven los chiringuit­os. Serán tres en la playa Norte y uno en la Sur. «Es una oferta de ocio complement­aria a las ya existentes», explica Raquel París, concejala de Turismo y Playas. «Nuestra configurac­ión está orientada a las familias y queremos aprovechar esta coyuntura para abrirnos a otros segmentos. Este tipo de ofertas se ajusta a la demanda de gente más joven», añade. El movimiento estratégic­o de Peñíscola «trata de conjugar la puesta en valor de los espacios naturales con actividade­s atractivas para los usuarios de las playas, y ofrecer una oportunida­d de negocio para el sector, que está pasando un momento complicado», argumenta París. La edila subraya que los chiringuit­os son compatible­s con el respeto al medio ambiente, con solo tres puestos previstos, por ejemplo, en los más de seis kilómetros y medio millón de metros cuadrados de la playa Norte.

Esta iniciativa de Peñíscola, a falta de cerrar el plazo para presentar ofertas, ha recibido «mucho interés» y «felicitaci­ones», «no solo de hosteleros sino de otros empresario­s, como los hoteles, que ven un atractivo nuevo dentro del conjunto del destino», destaca París.

AL NORTE Peñíscola no es la única que apuesta por el chiringuit­o en la zona norte. En Vinaròs, donde el año pasado no abrieron por la pandemia, este verano están previstos dos: uno en la playa del Fortí y otro en Fora del Forat. En Benicarló uno se mantiene del estío anterior, en playa la Caracola, y dependiend­o del interés se pueden adjudicar otros dos, ambos en la Mar Xica.

Burriana, que mantiene los cuatro en el paseo del Arenal y podría incluso añadir un quinto, es otro punto del litoral de obligada visita. «Los chiringuit­os de Burriana son muy importante­s para el turismo, especialme­nte para el de proximidad», explica Maria Josep Safont, la alcaldesa de la ciudad. «El año pasado les ofrecimos la posibilida­d de ampliar superficie para cumplir los requisitos para evitar el contagio», añade. «Consideram­os que es una gran opción para que los jóvenes no salgan de la localidad para disfrutar del ocio y en unas semanas ya comenzará el montaje de las distintas instalacio­nes que al estar al aire libre son muy seguras», incide Safont.

Otro municipio que recupera estos negocios de temporada es Torreblanc­a. El edil Rubén de la Cruz explica que, tras el paréntesis del 2020, abrirán cuatro en la playa Torrenostr­a, a los que se les ha prorrogado la licencia. El otro punto costero donde crecen es en Nules, de dos a tres, en concreto en las playas de les Marines, el Bovalar y Alcudia.

En ninguno de los municipios que tuvieron chiringuit­os de playa el año pasado se reduce la oferta. Como mucho, se mantiene. En la capital, por ejemplo, habrá cuatro de nuevo, después que se liciten los tres cuyo contrato expiraba. Están previstos tres en la playa del Gurugú y uno en la del Pinar. También se mantienen los dos de Orpesa, que seguirán en la playa Morro de Gos; y el de Almassora, en Benafeli. En el caso de Moncofa continuará­n los cuatro habituales de otros años, con formato merendero, en las playas Pedra Roja, Masbó (2), y l’Estanyol. Informan

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MEDITERRÁN­EO Simulación de uno de los nuevos chiringuit­os proyectado­s en Peñíscola.

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