«Nos equivocamos reprobando a Rita Barberá. Pido perdón»
Corría septiembre del 2016 y el caso Taula convulsionaba al PP. En medio de la vorágine generada tras la investigación abierta por el Tribunal Supremo contra Rita Barberá, Isabel Bonig tomó una decisión que marcaría para siempre su trayectoria: el grupo popular se posicionaría en Les Corts a favor de la declaración promovida por la izquierda para exigir a la exalcaldesa de València que entregara el acta de senadora. En las filas populares hubo dos fugas: el diputado Miquel Domínguez y Vicente Betoret (ambos salpicados entonces por causas judiciales) se ausentaron del pleno cuando tocaba votar.
Dos meses después, Barberá falleció. Ayer, casi un lustro después y en el mismo escenario, Bonig aprovechó su última intervención en Les Corts para quitarse una espina que le ha perseguido desde entonces. Desde la misma tribuna, pidió perdón por haber repudiado en sede parlamentaria a la que fue su madre política, en un momento en el que se desarrolla un pulso entre diferentes corrientes de la formación por reivindicar y reconciliarse con el legado del gran icono popular, como lo demuestran la reciente iniciativa promovida por Mª José Català (que también votó a favor de la propuesta del 2016) para declarar a Barberá alcaldesa honoraria después de que Francisco Camps reclamara un homenaje para ella.
Bonig asume como un error la decisión de apoyar la iniciativa de la izquierda en el 2016
«Creo que nos equivocamos», deslizó Bonig en su intervención.
«Espero que nos sirva para entender que la política no puede ser destrucción», ahondó. En su discurso, la dirigente se emocionó especialmente al recordar su paso por la alcaldía de la Vall d’Uixó, la muerte de su padre y el trato con los síndics de la oposición. El resto de grupos le dedicaron una ovación.