Contra la reincidencia
Las órdenes de alejamiento son un instrumento que suele asociarse a casos de violencia sexual y machista. Pero, en una aplicación más novedosa, esta medida cautelar está siendo utilizada también para prohibir a ladrones multirreincidentes que actúen en Barcelona, una medida que podría implantarse también en otras zonas de España si mantiene sus buenos resultados. Empezó aplicándose primero con los carteristas del metro y, más recientemente, a otros tipos de hurtos y robos violentos. Esta medida contribuye a rebajar la inseguridad ciudadana en dos frentes, ya que no solo combate la delincuencia en sí, sino que rebaja la sensación de impunidad que se produce entre la ciudadanía y los agentes policiales el ver que un delincuente activo vuelve a la calle a los pocos días de ser detenido.
Las órdenes de alejamiento son un método que parece funcionar, y en el que fiscalía y jueces confían cada vez más por la reducción de la inseguridad ciudadana. Sin olvidar, no obstante, que estamos hablando de una medida que limita derechos como la libertad de movimiento, por lo que debe ser plenamente justificada y concretarse únicamente para el ámbito del delito que se persigue en cada caso. Para ello, es imprescindible recabar el máximo de información sobre el sospechoso (su historial delictivo) que avale algo tan delicado como prohibir a alguien moverse libremente. En este sentido, este nuevo modelo policial, basado en una mayor coordinación con jueces y fiscales, permite dar el paso con garantías.