El Gobierno rechaza los sueldos de la cúpula de CaixaBank
Goirigolzarri defiende que su salario «es inferior a las referencias comparables del mercado» El presidente justifica los despidos del ERE para mantener el «máximo» de empleos en el futuro
Ofensiva del Gobierno en CaixaBank. A través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el Ejecutivo votó ayer en contra de la nueva política de remuneraciones de la cúpula de la entidad, de la que el Estado posee el 16,1% después de la reciente absorción de Bankia. La propuesta de sueldos, con todo, salió adelante gracias al apoyo de la mayoría de accionistas, incluyendo la Fundación Bancaria La Caixa, presidida por Isidre Fainé, que es la principal propietaria con el 30%.
El Ministerio de Trabajo, asimismo, presionó al banco y al BBVA a través de sendas cartas para que debatan con los sindicatos una rebaja de los eres que están ultimando. El Gobierno plasmó así en hechos las críticas que varios miembros del
Ejecutivo central han verbalizado en las últimas semanas tanto a los sueldos de los banqueros como a los ajustes de plantilla.
Antes de la votación, el nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, defendió ante la junta de accionistas celebrada en Valencia que la política de remuneraciones del banco está «absolutamente reglada», ya que es propuesta por la comisión de retribuciones, que tiene mayoría de consejeros independientes y ninguno ejecutivo (es decir, ni él mismo ni el consejero delegado, Gonzalo Gortázar) y realiza su trabajo en función de «políticas objetivas y con el asesoramiento de empresas externas especialistas». Además, recordó, dicha política salarial es aprobada por el consejo y por la junta.
«En cuanto a mi propia remuneración (cobrará un fijo de 1,65 millones de euros más un variable de hasta 200.000 euros, frente a los 500.000 euros que percibió el año pasado en Bankia por límite legal y tras renunciar al bonus), la propuesta se plantea en el marco de las modificaciones en el consejo por la fusión, aprobada en el mes de diciembre con más del 99% de los votos de los accionistas.
Como se recogía en el proyecto de fusión de ambas entidades bancarias, se ha creado una presidencia ejecutiva, con responsabilidades en los ámbitos de auditoría, comunicación y relaciones institucionales, y la secretaría del consejo. La retribución definida y propuesta por la comisión de retribuciones, aprobada por el consejo y que se somete a su consideración, está en la línea con los esquemas tradicionales de CaixaBank y es inferior a las referencias comparables del mercado», argumentó Goirigolzarri a los accionistas en su intervención antes de afirmar que lo mismo es aplicable para Gortázar.
SECTOR EN RECONVERSIÓN El ejecutivo de CaixaBank también justificó el ERE (8.291 salidas inicialmente, aunque posteriormente se planteó una rebaja de 500 mediante recolocaciones): «Una fusión como la que estamos llevando a cabo requiere un redimensionamiento de nuestras plantillas en el corto plazo para preservar el máximo número de puestos de trabajo de forma sostenible en el futuro». La banca, argumentó, es un sector «en reconversión» que se enfrenta a «enormes retos estratégicos», como los actuales tipos de interés bajos, la digitalización y la entrada de nuevos competidores en el mercado financiero.
Gortázar aseguró, por su parte, que tanto el banco como sus trabajadores deberán hacer «concesiones mutuas» para llegar a un «acuerdo razonable». «El proceso de reducción de personal no habla del comportamiento de la plantilla ahora, que es magnífico, sino de que queremos proyectar hacia el futuro una entidad que siga siendo competitiva y rentable. Está en riesgo la sostenibilidad a largo plazo de la entidad si no tomamos medidas», añadió.
Además, Gortázar se opuso a que el ERE en CaixaBank solo incluya prejubilaciones, ya que «supondría descapitalizar a la entidad» y defendió el ajuste pese a los resultados (4.786 millones de euros hasta marzo, 514 millones sin los efectos contables de la fusión).
«Necesitamos tener beneficios para que el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) pueda recuperar la mayor parte posible de su inversión, la Fundación Bancaria La Caixa pueda continuar con su obra social, y nuestros accionistas, pequeños y grandes, puedan continuar recibiendo un dividendo que les complementa otras formas de sustento que tienen», alegó el directivo.