Visca Santa Quitèria!
En mi columna del año pasado por estas fechas me refería a la «pesadilla» vivida en los últimos meses y a la angustia de soportar un día de Santa Quitèria tan atípico. Hoy el sentimiento es muy diferente: hablamos de esperanza. El dolor por la pérdida de 17 vecinos a consecuencia de la pandemia, la destrucción de empleo y las renuncias personales y colectivas dan paso también a un tiempo de mejora de los datos de contagios y, sobre todo, al inicio de la vacunación masiva el próximo lunes en el centro social de San Felipe.
La solidaridad que representa el espíritu de Les Calderes cobra más sentido que nunca cada vez que decimos «sí» a la vacuna contra el covid-19. Por los mayores de las residencias, por los profesionales esenciales que no nos dejaron solos cuando más los necesitábamos, por los pequeños que pasaron meses encerrados en casa… por todos. Hemos vivido un año tan difícil que es imposible acertar con un solo calificativo.
Hoy os pido que miréis al futuro con la esperanza que nos ha permitido traer a la patrona hasta la iglesia del Cristo, llevarle flores, reunirnos con las medidas de seguridad pertinentes, celebrar misa en la plaza de la Iglesia o escuchar mañana la mascletà, impensable en mayo del 2020 con el dolor acumulado. Hemos llegado a superar los 250 contagios en 14 días y hoy nos quedamos en seis.
No es fruto de la casualidad, sino de las restricciones impuestas, de la transformación de centros escolares en espacios ventilados, de los cierres y reaperturas controladas, de un mercado con accesos controlados e higiene extrema… Prácticamente todos los espacios de la vida municipal han sufrido modificaciones, no por capricho, sino para que hoy estemos aquí sanos.
La solidaridad que representa el espíritu de Les Calderes cobra más sentido al decir «sí» a la vacuna contra el covid-19