El juez impone medidas cautelares a Moreno
Se le retira el pasaporte mientras se comprueba su fianza hipotecaria
El juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, impuso ayer al productor audiovisual José Luis Moreno una serie de medidas cautelares, como la obligación de comparecer semanalmente en un juzgado, retirada de pasaporte y prohibición de salir del país, mientras los peritos comprueban que el aval hipotecario que presentó cubre los tres millones de euros de la fianza que se le impuso en el marco de las pesquisas de la Operación Titella.
Según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, mientras dure el trámite de tasación de la fianza hipotecaria, Moreno tendrá que acudir cada semana al juzgado más cercano a su domicilio o a la propia Audiencia Nacional. Los demás implicados en esta presunta estafa ya han pagado la fianza dictada para cada uno –bien con aval bancario, bien en metálico–, a excepción de José Antonio Salazar, que también ha presentado fianza hipotecaria y se encuentra inmerso en el mismo trámite que Moreno.
El ventrílocuo está acusado de estafa, blanqueo, asociación ilícita, falsificación documental, insolvencia punible y delitos fiscales. Hace dos semanas se produjo una macrooperación que terminó con 47 detenidos y registros en viviendas y empresas, todo como parte de esta causa, donde se investiga una presunta estafa de 50 millones de euros.
Las pesquisas comenzaron en 2018 a raíz de varias denuncias de bancos en las que relataban cómo haciendo abuso de la operativa bancaria la trama había conseguido defraudar más de un 1,3 millo
nes de euros. El magistrado apuntó, en la resolución donde ordenó dichos registros, la existencia de «una organización criminal que opera a nivel internacional y cuya actividad delictiva se diversifica en diferentes especialidades, desde el fraude y la estafa a entidades bancarias e inversores privados, a la fabricación de efectos bancarios como cheques y pagarés».
RED DE NARCOTRÁFICO «Ligada directamente» a esta organización criminal habría otra supuestamente liderada por Carlos José Brambilla y dedicada al tráfico in
ternacional de drogas. Esta segunda usaría a la primera para blanquear el dinero obtenido del narco a través de un intermediario que el magistrado identificó como Gerardo Mauricio García Quintero.
Moreno y Antonio Aguilera serían los «máximos responsables» y Salazar, el tercero en acción. Cada uno tendría una función. El productor, «como persona pública muy reconocida, prestaría su nombre como tarjeta de visita» a fin de conseguir fácilmente la financiación que fingirían necesitar para poner en marcha un proyecto cinematográfico. Por tanto, «era el principal receptor de los fondos obtenidos». Para el juez, «queda más que demostrado el enriquecimiento personal del productor, a la vista de las numerosas transferencias que se envían a sus cuentas personales».
Su operativa estaría enfocada a inversores privados y a repatriar el dinero desde el extranjero por transferencia bancaria utilizando para ello empresas interpuestas con sede en Madrid y Marbella, movimientos que después justificaría con «facturas falsas de alquileres, gastos y prestación de servicios». Ese dinero pasaría entonces a manos de Aguilera y Salazar. Ambos tendrían «amplios conocimientos en operativa bancaria y mercantil», por lo que se ocuparían de crear las sociedades, «maquillarlas», poner administradores y presentarlas ante los bancos como los destinatarios de la financiación necesaria para dichos proyectos. En realidad, carecerían de actividad alguna.
TRASIEGO DE EFECTIVO Mediante esta red de «empresas pantalla», ambas organizaciones moverían «grandes cantidades de dinero en efectivo» a las que intentaban dar salida con ingresos que hacían pasar por beneficios de su labor mercantil o con inyecciones en metálico, para lo que contarían con la complicidad de empleados de banca que se llevarían su comisión a cambio de introducir este dinero en el circuito legal. El juez calculó que movían cerca de un millón de euros cada 15 o 20 días. En este sentido, destacó que, solo en una de estas maniobras, Moreno habría logrado captar 31 millones de euros con el pretexto de un proyecto cinematográfico.