Atención sanitaria
La pandemia del coronavirus ha dejado secuelas en la sanidad pública castellonense. Así, aunque han descendido los contagios y la Atención Primaria ha vuelto al 100% de presencialidad, los ciudadanos y también los sindicatos están advirtiendo que su funcionamiento dista de ser óptimo. Por un lado, los usuarios se quejan de esperas de varios días para conseguir una cita y de que hay centros que ni siquiera cogen el teléfono. Aunque esta problemática va por barrios y en algunos se atiende con relativa celeridad, en otros, por el contrario, se están produciendo problemas preocupantes.
Y no solo los acusan los pacientes, sino también los facultativos. Prueba de ello, la reciente dimisión de un coordinador médico de un centro de salud de Castelló y las bajas de profesionales sanitarios. Cierto es que la carga de trabajo, el déficit de personal e instalaciones obsoletas se venían denunciando ya con anterioridad a la irrupción del covid, pero con la pandemia se han hecho más evidentes. Con consultorios aún cerrados, ha sido necesario trasladar la atención a otros centros de salud, que han visto incrementado su cupo de trabajo. A ello se suma la mayor afluencia de pacientes una vez pasado lo peor del covid y el efecto que toda esta situación está teniendo en los facultativos. Por ello urgen soluciones. Además de abordar las necesidades --más medios humanos y materiales-- se hace necesario replantear si las nuevas tecnologías pueden contribuir a aliviar la carga asistencial. Es el caso de la telemedicina para la cual hacen falta medios tecnológicos y formación, así como ver qué trámites pueden agilizarse, por ejemplo, con atención telefónica o internet.