Juan Carlos I, pendiente de las pesquisas de la Agencia Tributaria
Sánchez recuerda que Hacienda seguirá examinando las dos regularizaciones
El anuncio de que la fiscalía archivará previsiblemente las diligencias abiertas contra el rey Juan Carlos sin presentar querella puede no ser el final del calvario judicial en España para el emérito. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recordado que en paralelo la Agencia Tributaria sigue todavía con sus investigaciones, un mensaje que ya lanzó la semana pasada también la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El hecho de que ahora sea el jefe del Ejecutivo, en una entrevista en la Sexta, el jueves, el que dé ese aviso ha despertado el recelo en el entorno del exjefe de Estado, según ha podido saber este diario.
«Todos los españoles son tratados ante la Agencia Tributaria, ante la fiscalía y eventualmente ante el Poder Judicial, si al final eso ocurriera, de la misma manera», declaró Sánchez. Es una frase que se ha analizado al detalle, sobre todo porque llega después de unos días en los que las crónicas periodísticas vuelven a hablar del posible regreso de Juan Carlos a España si la fiscalía decreta el archivo de las tres diligencias de la fiscalía del Supremo. La primera de esas causas es por el supuesto cobro de comisiones ilegales por la mediación del emérito en el AVE a La Meca; la segunda, por una presunta fortuna oculta en el paraíso fiscal de Jersey, y la tercera, por el uso de fondos del empresario mexicano Allen SanginésKrause.
El jefe del Ejecutivo sugirió que, pese a que todo ese se archive, el proceso de comprobar si las dos regularizaciones que hizo (por cinco millones de euros) son veraces y completas está todavía abierto. La Agencia Tributaria está auxiliando a la fiscalía también con la información que le reclama, para poder dirimir si Juan Carlos I ha cometido delito o está prescrito o sus actos están protegidos por la inviolabilidad que disfrutó hasta que abdicó, en el año 2014. Pero una cosa es lo que decida la fiscalía y otra, concretó Montero en una rueda de prensa la semana pasada, el dictamen de la Agencia Tributaria, dando a entender que podrían llegar a conclusiones diferentes.
Sánchez habló solo dos minutos sobre el monarca retirado, pe
Juan Carlos I, en la inauguración del año judicial en 2009.
ro en ese tiempo también dejó otro recado y le puso deberes. Según el presidente del Gobierno, debería dar «explicaciones» sobre las noticias que los españoles han ido leyendo estos últimos años so
bre sus finanzas. «Sería conveniente que el rey Juan Carlos dijera cuál es su opinión sobre todos estos hechos que, efectivamente, cuando yo los conocí, califiqué de informaciones perturbadoras y que al final socavan la confianza del pueblo español en las instituciones. Es muy contraproducente hasta incluso para aquellas cosas buenas que hizo él durante su reinado», declaró.
Esta invitación a dar un paso recuerda a los días posteriores a cuando se conoció la cacería de Botsuana, el 14 de abril de 2012. Saltó a la luz pública porque se fracturó la cadera y tuvo que ser operado de urgencia. El equipo de la Zarzuela de entonces decidió que era mejor dar a conocer el percance antes de que se filtrara y así intentar controlar las consecuencias. En los dos días siguientes, varios dirigentes políticos salieron a decir en público que el entonces Rey debía dirigirse a los españoles.
EXPLICACIONES Uno de ellos fue el socialista Patxi López, entonces lendakari. En su opinión, el viaje al país africano a cazar elefantes mientras los ciudadanos se enfrentaban a una grave crisis había sido un despropósito. «No estaría mal que el Rey pidiera disculpas», denunció. Tomás Gómez, que ocupaba la secretaría general de los socialistas madrileños, propuso que eligiera «entre las obligaciones y las servidumbres de las responsabilidades públicas y una abdicación que le permita disfrutar de una vida diferente».
El 18 de abril, tras recibir el alta del hospital, grabó un vídeo con un cámara de TVE con unas frases que había acordado con su equipo. «Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir». Algunos colaboradores de aquella época y de ahora consideran que aquel paso fue un error.