El pase covid para ir a trabajar provoca protestas en Italia
Decenas de miles de empleados hacen huelga en un pulso a Draghi
La protesta contra la entrada en vigor del pasaporte covid para trabajar en Italia finalmente estalló ayer en una guerra callejera de baja intensidad, pero con múltiples frentes por todo el país. Desde el puerto de Trieste, estratégico para los intercambios comerciales de Asia hacia el norte de Europa, al puerto de Génova, pasando por la industria automovilística y metalúrgica, decenas de miles de trabajadores –un grupo minoritario pero muy activo– decidieron no acudir a sus trabajos y emprendieron diversas manifestaciones, en enfrentamiento directo con el Gobierno de Mario Draghi, impulsor de la cuestionada medida.
La jornada empezó precisamente con una gran manifestación en el puerto de Trieste, donde, en el momento de mayor afluencia, alrededor de 5.000 trabajadores se congregaron en los puntos de entrada al recinto portuario. De nada sirvió que se abriese un puesto para hacerse gratis las pruebas de covid, una de las posibles alternativas –junto con estar vacunado o haber pasado la enfermedad– para conseguir el certificado sanitario. Los manifestantes no cerraron el acceso al puerto, pero varios camioneros dieron igualmente marcha atrás al ver la multitud.
«No sabemos qué pasará, si la huelga se mantendrá de forma indefinida en los próximos días, o no», explicó a este diario Paolo Peretti, sindicalista de CGIL en Trieste, al reconocer que, a pesar de que su sindicato no se adhirió a la protesta, algunos de sus afiliados «simpatizan» con la misma.
DE BRAZOS CRUZADOS En Génova y Ancona varios centenares de trabajadores bloquearon algunas de las áreas de ambos puertos y hubo momentos de tensión por la ralentización de las actividades. En Vittorio Véneto, en Véneto, cruzaron los brazos varias decenas de empleados de la industria metalúrgica, como también lo hicieron algunos trabajadores de Fiat en Rivalta, cerca de Turín.
También hubo manifestaciones y sentadas en Catania, Trento, Nápoles, Bolonia, Livorno y Roma, donde se intentó sin éxito bloquear el tráfico en el centro.