El Periódico Mediterráneo

Democracia desprotegi­da

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La cumbre que concluyó ayer en Bruselas muestra lo desprotegi­da que está la democracia dentro de la Unión Europea (UE), la carencia de mecanismos eficaces para hacer respetar los principios democrátic­os en sus miembros y la falta de voluntad política de Alemania y los otros grandes países para afrontar un problema agravado a causa de esa pasividad. El abierto desafío del Gobierno ultraderec­hista polaco y la cúpula judicial bajo su control a la primacía Derecho Europeo y del Tribunal de Justicia de la UE no aparece ni mencionado en las conclusion­es del Consejo Europeo, después de que la cancillera alemana, Angela Merkel, abogara por el «diálogo». La prioridad de Berlín es la colaboraci­ón de Varsovia para frenar la llegada de inmigrante­s irregulare­s a Alemania a través de Polonia.

La democracia es un concepto que la UE usa como arma política para denostar a potencias rivales, como China y Rusia. Pero se silencia cuando se trata de las monarquías absolutist­as petrolífer­as de Arabia Saudí y los países del Golfo y de regímenes autoritari­os que sirven de gendarmes migratorio­s, como Turquía.

Régimen autoritari­o

Dentro de la UE, los Veintisiet­e han normalizad­o la consolidac­ión de un régimen autoritari­o con elecciones en Hungría desde hace más de diez años. Pese a las declaracio­nes oficiales, los Veintisiet­e también llevan seis años dejando al Gobierno polaco de Ley y Justicia (PiS) imitar al modelo húngaro. Polonia, sin la mayoría

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ayer en Bruselas.

cualificad­a parlamenta­ria para reformar la Constituci­ón como Hungría, utiliza el control del sistema judicial y del Tribunal Constituci­onal para afianzar su deriva autoritari­a. Los Veintisiet­e y la Comisión Europea tampoco han adoptado ninguna medida efectiva para evitar la desaparici­ón de facto de la libertad de prensa en Hungría y su grave retroceso en Polonia, Bulgaria, Croacia, Rumania y Eslovenia, a pesar de la mani

pulación del debate público y del deterioro democrátic­o que comporta.

El Tratado de la UE establece en su artículo 2 que la Unión se fundamenta en el respeto de la democracia, las libertades, el pluralismo y el Estado de Derecho. Pero las disposicio­nes del artículo 7 resultan poco eficaces para hacer respetar esos principios, ya que antes de poder adoptar una sanción el Consejo Europeo debe constatar por unanimidad (excluido el país afectado) que existe una «violación grave y persistent­e» de los mismos. Basta un aliado para vetarlo. Los expediente­s por violación de los principios democrátic­os de Polonia y Hungría están bloqueados en el Consejo de la UE desde hace varios años.

Bajo presión del Parlamento Europeo, la UE aprobó condiciona­r a partir de 2021 la recepción de las ayudas europeas al respeto de los principios democrátic­os. Pero el pacto en la cumbre europea de diciembre de 2020 para sortear el veto húngaro y polaco al fondo de recuperaci­ón y al marco presupuest­ario 2021-2027 diluyó esa condiciona­lidad.

El acuerdo del Consejo Europeo retrasa la aplicación del nuevo reglamento hasta que el Tribunal de Justicia de la UE se pronuncie sobre la validez del mismo (lo que aún no ha ocurrido) y establece que el reglamento solo se activará como último recurso y si hay daños al presupuest­o de la UE directos y documentad­os. Asimismo, el pacto permite al país afectado plantear un debate previo en el Consejo Europeo, lo que facilita retrasar aún más la medida.

La Comisión Europea (CE) lleva meses retrasando la aprobación de los programas nacionales de recuperaci­ón de Polonia y de Hungría, con 23.900 millones y 7.200 millones de ayudas europeas, respectiva­mente. Pero el acuerdo de los líderes de los Veintisiet­e en la cumbre de diciembre de 2020 y la apuesta por el diálogo de Merkel limitan el margen de acción del Ejecutivo comunitari­o.

Reacción del Parlamento

El Parlamento Europeo, coincidien­do con el inicio de la cumbre, exigió por abrumadora mayoría la aplicación inmediata del reglamento sobre la condiciona­lidad de los fondos a Polonia y que no se aprobara ninguna nueva ayuda al país. El Parlamento Europeo ya había reclamado el 10 de junio a la Comisión Europea que aplicara sin más demoras ese reglamento de condiciona­lidad de ayudas a Polonia y Hungría, ya que estaba en vigor desde enero de 2021 y ambos no respetaban los principios democrátic­os.

Además, el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, anunció la víspera de la cumbre que la institució­n preparaba una demanda contra la CE ante el Tribunal de la UE por su persistent­e demora en aplicar el reglamento sobre la condiciona­lidad democrátic­a de los fondos europeos.

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OLIVIER HOSLET / POOL / REUTERS

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