La transformación de Vinicius que amenaza al Barcelona
El brasileño experimenta un cambio ayudado por Ancelotti y una vida monacal
Vinicius deslumbró al mundo el martes con un gol monumental al Shakthar, el tercero, digno del mismísimo Ronaldo Nazario. Sin embargo, el tanto que retrata a la perfección el salto cualitativo del brasileño esta temporada fue el segundo del Real Madrid en Kiev. Un delicioso pase filtrado por Modric al área pequeña, donde Vini controló con la derecha y, cuando el portero ucraniano se lanzó a tapar, la picó sin mirar siquiera al guardameta para definir con una tranquilidad pasmosa.
Ancelotti parece haber tocado la tecla correcta en la cabeza de Vinicius. En pretemporada Carletto conversó en varias ocasiones con el crack de Sao Gonçalo y aplicó en esas charlas todas las enseñanzas heredadas de su maestro, Nils Liedholm, legendario futbolista sueco del Milan de los 40 y 50 y técnico de la Roma en los 80, donde dirigió a Ancelotti y al que le confesó un día: «La de entrenador es la mejor profesión del mundo. Es una pena que haya partidos».
El técnico envió un mensaje conciso a Vinicius: «¿Por qué no haces en los partidos lo mismo que en los entrenamientos? Sal ahí afuera, diviértete y no pienses demasiado. Solo es fútbol». Ahí estaba la clave. «No pienses demasiado». El míster de Reggiolo, con su liderazgo tranquilo, ha liberado al brasileño de la presión que le atormentaba cuando debía acabar las jugadas. A Vinicius se le hacía de noche por «pensar demasiado». Desde que aterrizó en Madrid, vive aislado del mundo precisamente para seguir siendo él mismo. Se mudó a una mansión en La Moraleja con un ejército de familiares. Entre ellos, sus dos ángeles de la guarda, Luiz Felipe Menegate y Wesley Menezes. Dos amigos de la infancia cuya misión es que Vini se sienta en Madrid como en casa. Nada que ver con los bulliciosos amigos de Neymar. Son los anti-toiss. El primero ha probado suerte jugando en el modesto La Moraleja Club de Fútbol, de la regional madrileña. Los dos aprovechen para salir cuando Vinicius hace noche fuera de Madrid por sus compromisos con el equipo. Así no hay tentación posible para el jugador, que a sus 21 años es más fuerte, más potente, gracias al trabajo en casa con un entrenador personal. Es la amenaza del Barça mañana (16.15 h).