Violencia política
La violencia en la confrontación política no es aceptable, las ideas se defienden dialogando y en democracia. Solo el estado puede usarla si fuera necesario para la convivencia. Sin embargo algunos extremistas no lo entienden así y desgraciadamente la usan en contra de los que no piensan como ellos.
Ha pasado y pasa en el País Vasco con la ETA, los homenajes a etarras y la presión social, que no deja vivir en paz a los no nacionalistas. Pasa en Cataluña, donde tampoco te miran bien si no eres independentista y donde los CDR toman la calle, como hacen los de la kale borroka, violencia callejera, destrucción de mobiliario urbano y de propiedad privada y agresión a la policía con numerosos heridos. Manifestaciones ilegales por cualquier sentencia desfavorable, por los políticos independentistas, la condena al rapero Hasél y por lo que sea.
No permiten, en cambio, los mítines de otros, a los que agreden o golpean, como el ejemplo reciente de miembros de seguridad de Podemos apedreando un mitin de Vox. O la violación por una manada a una chica por llevar una camiseta de este partido. Y en vez de condenar estos hechos, muchos dirigentes de ultra izquierda los jalean y justifican.
Y DESGRACIADAMENTE EL ministerio del Interior de Marlaska no le pone coto. Pero todo esto no se ve en la televisión ni en las noticias, se blanquea y normaliza la violencia de un lado mientras se recalca la del otro.
La realidad es que el 85% de toda la violencia callejera en España proviene de la izquierda, que curiosa y falsamente se autodenominan antifas, y la realidad es que ellos son los totalitarios porque son comunistas.