Trasplante renal: de las palabras a los hechos
Desde 1981 hemos aprendido a valorar la importancia de la movilización de la sociedad civil
Los documentos oficiales pueden parecer fríos, pero a veces son capaces de hacer justicia. Por ejemplo, el pasado 25 de junio, el Diari Oficial de la Generalitat publicaba una resolución de la Conselleria de Sanidad Universal para hacer posible una Unidad de trasplante de riñón en el Hospital General Universitario de Castelló. Tras tres años en el cajón del olvido, y gracias al impulso de Ximo Puig, esta decisión de pura justicia sanitaria venía a dar la razón a la reivindicación de ALCER Castalia. Si antes nos lamentábamos por el retraso, ahora es de justicia felicitarnos por un paso tan importante.
Ahora falta pasar de las musas al teatro, es decir, hacer realidad las decisiones políticas. A lo largo de cuatro décadas de trayectoria, en la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales de la provincia de Castellón hemos vivido muchas situaciones difíciles, y sabemos bien hasta qué punto lo que resulta aparentemente más sencillo puede llegar a complicarse. Por eso reclamamos a la Conselleria que ponga los medios humanos necesarios para la formación de los profesionales precisos destinados a la nueva Unidad. Es fácil comprender que el proceso hasta el pleno funcionamiento de la misma es largo y requiere de la habilitación del personal médico y de enfermería.
El compromiso de ALCER Castalia con la sanidad pública es conocido. Hemos ido más lejos de lo exigible a una asociación de pacientes, poniendo nuestros recursos a disposición de la administración. Por eso sabemos que una vez avanzados los trámites administrativos, solo la voluntad política puede acelerar los procesos. Lo más difícil está hecho: hay que completar el camino.
Nuestra asociación cumple en 2021 sus primeros 40 años de existencia. Desde 1981, hemos aprendido a valorar la importancia de la movilización de la sociedad civil para hacer posibles los avances en el ámbito sanitario. Desde nuestros inicios, cuando los enfermos que precisaban diálisis se iban quedando trágicamente por el camino por la falta de máquinas para dializarse en nuestra provincia, hemos luchado con tesón, paciencia y mucho, mucho trabajo, para lograr una suma de progresos que nos han traído hasta aquí. Nadie ha regalado nada al colectivo de enfermos renales, pero siempre estuvimos convencidos de que la política debía escuchar la voz de quienes vivían en sus propias carnes las consecuencias de la falta de recursos o del retraso de decisiones en este o aquel despacho oficial.
Hoy como ayer, la realidad es tozuda. La Enfermedad Renal Crónica (ERC) sigue siendo la misma. En el 80% de los casos el trasplante no es posible. Y la mortalidad se sitúa en el 15% anual. En el caso de nuestra provincia, a las dificultades con que se encuentra cualquier paciente renal hay que sumar que la obra del ministro Ernest Lluch sigue inconclusa, tantos años después. La pretendida universalidad de la Sanidad pública topa en Castellón con un muro: apenas el 10% de las plazas de diálisis son públicas, y ello en una Comunitat Valenciana que con un 35% se sitúa a la cola de España. Pero no nos rendimos. Seguimos luchando.
Y seguiremos haciéndolo porque se lo debemos no solo a nuestros numerosos socios y socias, sino a usted, que mañana puede verse afectado directa o indirectamente por la enfermedad renal (recordemos que más de un 10% de la población padece enfermedad renal en algún grado). Y seguiremos haciéndolo con una sonrisa, sin prepotencia alguna pero con orgullo por estos 40 años de trabajo al servicio de la salud. Un trabajo compartido con nuestros/as trabajadores/as y voluntarios/as que celebraremos juntos el próximo 28 de noviembre con una jornada de reflexión sobre la problemática del paciente renal, junto con los profesionales sanitarios, que sin duda son el gran activo del sistema en nuestro país y cuyo papel no siempre es bien ponderado.
Pero esta celebración servirá también como expresión de nuestra esperanza en el futuro. Porque cumplimos 40 años, sí, pero ALCER Castalia siente fluir por sus venas la energía de nuestros y nuestras jóvenes. Y como ellas y ellos, queremos compartir esa energía con la sociedad y seguir luchando por una Sanidad de calidad y equidad que no deje atrás a nadie.