El Periódico Mediterráneo

Almudena Amor, la actriz revelación del año

La madrileña ha debutado a lo grande en ‘La abuela’ y ‘El buen patrón’

- JULIÁN GARCÍA

«A veces genera un poco de vértigo pensar en lo rápido de todo esto. Intento seguir con los pies en el suelo»

La actriz británica se mostró feliz cuando los premios Earthshot contra el cambio climático pidieron a los invitados que no se compraran ropa para asistir a la ceremonia.

En aquel final del 2019, Almudena Amor (Madrid, 1994) era todavía un folio en blanco. Sin demasiada experienci­a en las tablas, apenas un par de cortometra­jes y algunos anuncios y videoclips, hizo su primera gran prueba de casting, convencida, eso sí, de que podía conseguirl­o: nada menos que el papel protagonis­ta del drama de terror La abuela, de Paco Plaza; esa joven modelo que debe abandonar París para volver a casa a cuidar en sus últimos días a su abuela mayor enferma. Algo grande debió de percibir Plaza en Almudena, quizá su presencia equívocame­nte frágil o su mirada infinita, porque la eligió sin dudar de entre las otras muchas candidatas. Lo mismo que, unos meses después, debió de apreciar Fernando León de Aranoa cuando la escogió para interpreta­r a la ambiciosa becaria que pone en serios aprietos a Javier Bardem en El buen patrón. El suyo ha sido un vertiginos­o salto al hiperespac­io.

«A veces genera un poco de vértigo pensar en lo rápido e intenso de todo esto, pero intento seguir con los pies en el suelo. Para mí la actuación es una carrera de fondo», asegura la actriz madrileña en conversaci­ón con este diario en el festival de Sitges. Una simple búsqueda en la red del nombre Almudena Amor descubre un sinfín de encendidos titulares de prensa del estilo de «la actriz que va a arrasar este año en el cine español» y «la actriz de la que todo el mundo va a hablar». Su fulgurante aparición en la escena en dos proyectos del peso de El buen patrón y La abuela hace pensar que, en efecto, la joven intérprete madrileña ha dado el salto a las grandes ligas con una más que probable candidatur­a al Goya a mejor actriz revelación. «Hombre, yo creo que en estos titulares el periodista intenta más generar un deseo que una realidad, aunque, bueno, intento llevarlo con naturalida­d», asegura entre contagiosa­s risas, mientras intenta adaptarse a su repentina popularida­d. «Hay una canción de Sen Senra que me encanta y que dice algo así como ‘no quiero estar de moda porque lo que está de moda pasa de moda’. Y yo no quiero eso. Quiero ser actriz y que la gente me reconozca como una tía trabajador­a que se lo curra. Es verdad que a veces te viene algo de vértigo, porque te ves trabajando con Javier Bardem en una peli que representa­rá a España en los Oscar, te ves en festivales como Sitges, te ves en programas de la tele, y todo, o casi todo, es nuevo para ti. Pero siento que el cuerpo me dice que estoy donde debo estar. Estoy disfrutand­o mucho».

Amor evoca aquel tiempo, con apenas 14 años, en que se apuntó a un taller de teatro en su instituto del barrio de Ciudad Lineal como asignatura optativa. «Dejé el francés y me apunté a teatro. Fue una buena decisión», dice entre risas. Ahí se le abrió un mundo. «Iba a las clases feliz. Era buena estudiante, pero no resaltaba en nada, y me encontré en un espacio donde era muy feliz. Hace poco encontré los cuadernos de teatro que tenía de aquellos años y… ¡Había mucha pasión ahí!».

CRISIS DE JUVENTUD Con 18 años tuvo la tentación de estudiar interpreta­ción, pero se inclinó por la Publicidad: «No había nadie en la familia que fuera artista y, bueno... También tus padres te incitan a que busques una seguridad, que te vaya bien. Me va lo creativo y pensé que la publicidad y el diseño gráfico eran un buen camino». Terminó los estudios, pero pronto, con 22, descubrió que a aquello le faltaba algo: «Tuve una crisis muy fuerte. ¿Y ahora a dónde voy? Me daba rabia porque, jolines, veías que todo el mundo a quien admiras tenía una pasión fuerte y que tú no la tenías… Y al final me di cuenta de que sí que la tenía: era la interpreta­ción».

Entre una cosa y la otra, ejerció durante un tiempo de modelo. «Siempre he sido muy independie­nte y quería tener mi dinerillo, así que lo del modelaje lo vi como una forma de ganar dinero que tampoco me quitaba tiempo para estudiar. Ese breve pasado de modelo fue crucial para su trabajo en

La abuela, donde interpreta a una joven maniquí que debe cuidar a su antecesora enferma. «No me identifico con mi personaje pero sí que empatizo mucho con él».

Además de en la recién estrenada El buen patrón y en la La abuela (que llegará a los cines a principios de enero), en breve podremos ver a la imparable Amor en un «papel pequeñito, un cameo» en el episodio que ha dirigido Plaza para la actualizac­ión del clásico catódico del terror Historias para no dormir, cuenta Amor, que se declara fan de Juliette Binoche e Isabelle Huppert. «Soy una chica muy normal. Voy al cine, escucho música, voy a conciertos. Nada fuera de lo normal. Ah, hay una cosa que me encanta: tengo unas amigas costureras que tienen un taller en el centro de Madrid y me encanta jugar con ellas con las telas. Y también ir a mi pueblo, en Lagartera, Toledo, a ver a mi abuela.

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PAU MARTÍ MORENO Almudena Amor, en Sitges, donde presentó durante el festival cinematogr­áfico ‘La abuela’, de Paco Plaza.
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