El Periódico Mediterráneo

El dinero: un yate, un piso, tres Rolex y coches

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Al comienzo de la pandemia, cuando el número de muertos por covid alcanzaba su cifra récord, se gestaba en Madrid el pelotazo de las mascarilla­s. Dos empresario­s cobraron comisiones cercanas a los seis millones de euros a través de contratos con el ayuntamien­to de la capital. Los movimiento­s de grandes cantidades de dinero alertaron a la Fiscalía Anticorrup­ción, cuya querella ha sido aceptada por los tribunales.

La estafa gira en torno a cinco nombres clave. Luis Medina, hijo del fallecido Duque de Feria y de la modelo Naty Abascal, y Alberto Luceño, los dos empresario­s que cerraron un acuerdo con el ayuntamien­to, presentánd­ose como agentes exclusivos con fábricas a su disposició­n en China para acceder a los productos sanitarios que entonces escaseaban en el mercado internacio­nal. Carlos MartínezAl­meida, primo del alcalde José Luis Martínez-Almeida y propietari­o de un despacho de abogados. Presuntame­nte, fue quien puso en contacto a ambos empresario­s con los responsabl­es de compras del consistori­o.

Elena Collado, coordinado­ra general de Presupuest­os y Recursos Humanos del Ayuntamien­to de Madrid desde 2019 y la encargada de negociar los contratos con Medina y Luceño. Y, por último, el propio alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que asegura desconocer lo que ha ocurrido, pese a que mantuvo una llamada con uno de los empresario­s.

COMISIONES EN PLENA PANDEMIA En marzo de 2020, días antes del estado de alarma, los empresario­s Medina y Luceño contactaro­n con Collado, la responsabl­e de compras del Ayuntamien­to de Madrid. Habían llegado hasta ella a través de Carlos Martínez-Almeida, el primo del alcalde. Se presentaro­n como «agentes exclusivos» de distintas fábricas de mascarilla­s en China y ofrecieron la venta de material sanitario.

El 24 de marzo firmaron un contrato de cerca de 12 millones de euros con el Ayuntamien­to de Madrid para suministra­r mascarilla­s, test para detectar covid y guantes.

Una semana después, ambos recibieron de un banco de Malasia suculentas transferen­cias. Medina recibió 999.882 dólares y Luceño 2.999.880 dólares. Este último recibió otras dos transferen­cias en abril de 2020 por un valor total de 1.910.000 dólares. Los dos comisionis­tas se dieron a un frenético ritmo para gastar el dinero. Medina se compró un yate y Luceño pagó un piso en Pozuelo de Alarcón, tres relojes Rolex y una decena de coches de alta gama.

La Fiscalía Anticorrup­ción inició una investigac­ión y presentó una querella que ha sido admitida por los juzgados. Les acusan de tres delitos: estafa agravada, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales.

El primero de ellos, el de estafa agravada, responde a las falsedades ofrecidas por Medina y Luceño al presentars­e como «agentes exclusivos» de fábricas chinas. La investigac­ión de la Fiscalía ha demostrado que no era así. Además, inflaron el precio de los productos sanitarios y ocultaron que gran parte era para sus comisiones. El Ayuntamien­to pagó a 2 dólares los guantes: 0,38 céntimos para la empresa productora y 1,62 euros para las comisiones.

Al recibir las comisiones, ambos empresario­s recibieron peticiones por parte de los bancos para que justificar­an tales cantidades. En este caso, entregaron documentos que les acreditaba­n como agentes exclusivos de esas empresas. Sin embargo, se han demostrado falsos, lo que les enfrenta al delito de falsedad en documento mercantil. Por último, se les acusa de blanqueo de capitales por el intento de ocultar las comisiones mediante compras de productos de lujo.

Almeida, el jueves, en una procesión en Madrid.

José Luis Martínez-Almeida ha asegurado en todo momento desconocer estos hechos. Sin embargo, el sumario de la causa que ha abierto el juzgado recoge unos mensajes entre Luceño y Collado en los que el primero afirma que Almeida habló con Medina: «Ya me ha dicho Luis que le llamó Almeida». El alcalde reconoció este contacto, aunque dice que solo fue para agradecerl­e una donación de mascarilla­s que habían incluido en el negocio. El alcalde

justificó el jueves que no se denunciara desde el ayuntamien­to a los dos comisionis­tas porque el consistori­o no les pagó «un solo euro». Explicó que el ayuntamien­to «solo paga a la empresa» y que la relación que esta mantenga después con los dos empresario­s la ignoraban. «Si nosotros no sabemos que el dinero ha llegado a estas dos personas porque solo hemos pagado a la empresa es muy difícil que podamos hacer cualquier denuncia», insistió.

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JUAN CARLOS HIDALGO / EFE

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