El alza de los precios arrastra a las familias a reducir un 10% la compra de alimentos
La inflación supone para cada hogar de Castellón gastar 200 euros más al mes y obliga a recortar en pescado, aceite o bollería
Para miles de familias de Castellón las sumas ya no dan. Con una inflación al 11,7%, la más alta en casi 40 años, miles de hogares de la provincia conviven cada día con un presupuesto que se queda cada vez más justo. Y escenas tan cotidianas como llenar la nevera con los mismos productos de siempre, encender el aire acondicionado o completar el depósito de combustible se han convertido en misión casi imposible. Todo está por las nubes y mantener la misma estructura de gasto que hace un año supone un añadido de unos 200 euros más al mes, una cantidad que no todas pueden asumir. ¿La consecuencia? Muchas familias de la provincia se han visto obligadas a cambiar sus hábitos de consumo y a recurrir a distintas estrategias con el objetivo de sortear el encarecimiento de la cesta de la compra.
De la misma manera que los hogares miran con lupa la electricidad que consumen y cada kilómetro que recorren con su vehículo, la inflación también les ha arrastrado a reducir la compra de alimentos. Y no poco. El último Panel de Consumo, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, revela que las familias de Castellón han recortado casi un 10% el volumen de compras de alimentación durante el primer semestre del año. Así, de enero a junio, los hogares de la provincia consumieron algo más de 162.000 toneladas de alimentos, un 9,1% menos que durante el mismo periodo del 2021, cuando fueron 179.100. En el conjunto de la Comunitat, las cifras pasaron de 1.628.227 toneladas (primer semestre 2021) a 1.479.048.
El subidón de los precios ha implicado la sustitución de un alimento por otro y, precisamente, son los productos que más se han encarecido los que han sufrido un mayor recorte en la compra. El precio del aceite, por ejemplo, ha aumentado un 55% (en el caso del de girasol el alza supera el 100%) y su consumo se ha desplomado en seis meses casi un 15%.
El aceite es el alimento que más ha aumentado de precio pero no ha sido, ni mucho menos, el
único. El panel del Ministerio refleja que el arroz lo ha hecho un 28,1%, la pasta un 26,2%, los huevos un 24% o la fruta un 23,4%.
Ante una subida de precios sin precedentes, los hogares de Castellón han intentado recomponer la cesta de la compra y el resultado es un descenso de las ventas de productos como el pescado, cuyo consumo durante el primer semestre del año ha retrocedido un 18,6, aunque se han mantenido las compras de pescado congelado. Otros alimentos cuyo consumo ha caído son las carnes (-13,6%), la fruta fresca (-13,3%) y las hortalizas (-12,3%). Por el contrario, han aumentado un 5% las ventas de verduras y frutas en conserva o congeladas y también se han comercializado más legumbres y platos preparados.
UN AHORRO MENOR Muchas familias se han apretado el cinturón y han mirado cada céntimo de lo que gastan y, sin embargo, el resultado ha sido más bien pobre. Y es que mientras el recorte en la compra de alimentos roza el 10%, el ahorro conseguido en la cesta de la compra apenas ha sido del 3%, debido al encarecimiento de la mayoría de estos productos.
Los cambios de hábitos de los que habla el informe del Ministerio no sorprenden nada a las asociaciones de consumidores. «Aunque es complicado saber en qué medida se está reorientando la compra de los consumidores porque todavía es pronto para saberlo, no es descabellado pensar que habrá una tendencia para dejar de consumir ese tipo de alimentos básicos, sustituyéndolos por otros más económicos pero menos saludables», apunta Juan Carlos Insa, secretario general de la Unión de Consumidores (Uce) de Castellón.
Insa insiste en que la inflación está generando un gran impacto en todos los hogares, sobre todo, en aquellas familias más vulnerables. «La consecuencia es un menor consumo ya que la renta disponible no alcanza para todo», argumenta al tiempo que pronostica un invierno «complicado».