Se trata de dar la cara
Querid@ lector/a, un amigo sociata me ha mandado una de esas crónicas que ocupa la página de un periódico y, con toda la razón y el acierto del mundo, habla de la circunstancias políticas que está viviendo el PSOE. Es decir, comenta la preocupación que frente a las elecciones municipales y autonómicas existe en el PSOE. Aunque, eso sí, en la medida en que aún falta tiempo para la contienda y, además, está prevista una intensa campaña de información a la ciudadanía, parece que la inquietud no es muy profunda. Pero, aún sabiendo que las encuestas que se hacen públicas se refieren a las elecciones generales y que, encima, algunas deben estar manipuladas, en la medida en que siguen marcando tendencia de descenso en votos y escaños, el malestar existe, sigue.
Incluso algunos alcaldes y presidentes de comunidades autónomas, y eso lo digo yo, se deben estar preguntando sí pueden difuminar el nombre y la presencia de Pedro Sánchez y solo vincular su candidatura y campaña a su gestión, al perfil político propio y al nombre genérico de socialista o PSOE. En última instancia no debe cundir la alarma porque, aun reconociendo que el gobierno de unos de izquierda u otros de derechas no es lo mismo, existen diferencias que afectan a los ciudadanos, hay que aceptar que en una democracia se gana y se pierde. En todo caso, y aunque el mundo sea un absurdo en el que se puede vivir y morir sin encontrar justicia, lo que no hay que hacer es resignarse. Y es que, más allá de algunos errores y, sobre todo, de las cornetas de la apocalipsis que manejan interesados medios de comunicación (terminales de ciertas corporaciones), a Pedro Sánchez no se le pueden atribuir las complicaciones económicas que vivimos y, encima, sus políticas están contrastadas y respaldadas por la UE. Se trata pues, de menearse y explicar, de usar datos, de detallar y comparar, de dar la cara.