El Villarreal vende cara la primera derrota
Jensen y Mata (en propia puerta), con un gol en el inicio de cada tiempo, determinantes
JUAN F. ROCA deportes@mediterraneo.elperiodico.com
No pudo ser y el Villarreal de Sara Monforte regresó de vacío de su desplazamiento al campo de la Real Sociedad, vigente subcampeón de España, en un encuentro donde las amarillas dieron la cara. A pesar de encajar un gol a las primeras de cambio, la escuadra grogueta llegó a la portería rival y tuvo sus ocasiones, aunque no las supo aprovechar. En la segunda parte, otro tempranero gol, con el infortunio de haberlo marcado en propia portería Lara Mata, dejó la contienda demasiado desequilibrada. Tarea complicada (2-0).
El encuentro comenzó con ocasiones claras para ambos conjuntos. El primer aviso llegó de la mano de las visitantes. Ainoa remató desde dentro del área y la arquera local, Elene, se vio obligada a hacer uso de sus reflejos para despejar el disparo de la visitante.
El equipo de Natalia Arroyo reaccionó y, a los pocos minutos, marcó el primer gol del encuentro. Jensen acertó a rematar un balón centrado por Nerea desde la banda izquierda con un gran zurdazo al que nada pudo hacer la arquera Elena de Toro.
DOMINIO LOCAL A partir de ese momento, el conjunto txuri urdin tuvo el control del partido generando varias ocasiones. La más clara con el disparo de Gaby en el minuto 16, que se marchó por encima del larguero. Con esa mínima ventaja se marcharon las realistas a los vestuarios.
Las chicas del Villarreal se fueron al descanso perdiendo por la mínima y siendo conscientes de que se le podía dar un zarpazo a una Real Sociedad que se quedó con solo ese 1-0 al descanso.
SENTENCIA Las donostiarras volvieron a empezar fuerza la segunda parte, con dominio del balón. El 2-0 no tardó mucho en subir al marcador. Nerea Eizagirre ejecutó un saque de esquina y la defensa amarilla Lara Mata, después de un tiro de Franssi, desvió sin querer el balón hacia su portería.
Ahí se le cayó el mundo encima al Villarreal. El 2-0 empezaba a ser una losa muy pesada. Pese a ello, las muchachas de Monforte siguieron a la suya, intentando no desordenarse, estar serias en el terreno de juego y ver si era posible recortar las diferencias. No pudo ser pero cayeron dignamente contra un grandísimo rival.