La 75ª Fira de Nules llega a su fin y cumple con los objetivos
El Racó del Llaurador defiende su estatus de epicentro de la actividad
«La Fira de Nules no sería feria sin lluvia». Ese fue un comentario muy repetido por organizadores, expositores y visitantes habituales de este evento comercial y social que ayer llegó a su fin después de una mañana desapacible, con chubascos leves pero persistentes hasta mediodía. Una circunstancia que no afectó a la hora de realizar un balance positivo de su celebración. Según el concejal de Agricultura, César Estañol, «hemos sabido transmitir a los expositores la importancia que tienen para nosotros, porque sin ellos, no hay feria». Y al reconocer recibir ese reconocimiento de manera pública «sienten que compensa el esfuerzo que hacen para poder venir».
«La gente quiere volver», añadió Estañol, al explicar que, en conversaciones con algunos expositores, le han trasladado sus sugerencias e ideas «para el año que viene», lo que para el Ayuntamiento «es muy satisfactorio».
EL RACÓ DEL LLAURADOR El centro de la feria, «donde se vincula todo», ha estado en el Racó del Llaurador. «Hemos tenido una programación muy intensa, en la que a todas horas había algo que hacer», entre conferencias, charlas, visita a la exposición retrospectiva sobre la historia de la feria... El hecho de ofrecer tantas actividades «le ha dado vida a la visita siendo un atractivo más» con especial interés para los profesionales del campo, que han podido debatir, recibir información y conocer las últimas novedades para el sector, como sucedió ayer con la charla de la empresa Coper «puntera a nivel mundial en tratamientos biológicos» y que también ha tenido un estand para acercar su trabajo a los agricultores e interesados.
Coincidiendo con la clausura del evento, César Estañol reconoció que desde el primer día ha tomado nota de «nuevas ideas y cosas que se pueden mejorar», porque siempre es posible hacerlo.
Otro aspecto que, según el edil, ha caracterizado de manera significativa a esta edición ha sido «la vuelta a la normalidad». Quienes más lo han sentido han sido los expositores. «Después de varios años de dificultad, han visto que la feria de Nules ha sido como las de antes», lo que ha servido para llegar a su fin con ánimos y energías renovadas, con la mirada puesta en la del próximo 2023.