Un entierro con audiencia global
Una audiencia planetaria contemplará hoy la solemne despedida de la mujer más famosa del mundo. Una ceremonia fúnebre en la abadía de Westminster, preparada y ensayada desde hace décadas, en la que habrá salmos, himnos, palabras de William Shakespeare y otros muchos detalles elegidos cuidadosamente por la propia Isabel II. Desde las exequias de Winston Churchill en 1965 no se había celebrado en el Reino Unido un funeral de Estado, el máximo honor en el protocolo británico, ni tampoco una reunión de líderes mundiales como la de ahora en Londres. «El mundo es mejor gracias a ella», dijo de la soberana el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tras visitar ayer la capilla ardiente.
Las honras fúnebres de la monarca reúnen la mayor concentración de dignatarios internacionales desde la despedida del presidente sudafricano Nelson Mandela en diciembre de 2013. Los 2.200 asistentes a las exequias serán, sin embargo, una parte ínfima de los que contemplarán en televisión y a través de las redes sociales. En torno a 4.100 millones de personas, la mitad de la población mundial, seguirá, según los expertos, el funeral que retransmitirán las cadenas británicas BBC y ITV. La audiencia puede superar el de Diana de Gales en 1997.
A las 6.30 de la mañana se cerrará al público Westminster Hall, después de cuatro días de inmensas colas y esperas que en algunos momentos llegaron a ser de 25 horas. La tarde del sábado las autoridades advirtieron de que se había alcanzado el nivel de saturación y el cupo había quedado cerrado. Desde ese momento, pidieron a los ciudadanos que no acudiesen.
20.000 POLICÍAS Y MILITARES Las autoridades esperan en torno a un millón de personas en las inmediaciones de Buckingham. Muchos de los presentes habrán llegado desde otros puntos del país, por lo que se han reforzado los servicios ferroviarios y existe el temor de que se vean sobrepasados. Los ciudadanos podrán seguir en directo el funeral en las grandes pantallas instaladas en el centro de muchas ciudades.
Las medidas de seguridad en la capital no tienen precedentes. Al refuerzo de unos 10.000 policías, se sumará un número similar de miembros de los tres ejércitos.