La UE propone dejar de dar dinero a Hungría si no cumple la ley
Los problemas, irregularidades y deficiencias sistémicas con el Estado de derecho podrían pasarle en breve factura al Gobierno de Viktor Orbán. La Comisión Europea propuso ayer congelar por ese motivo unos 7.500 millones de euros, un tercio de los fondos de cohesión que tiene adjudicados Hungría en el periodo 20212027. «La decisión es una demostración clara de la determinación de la Comisión de proteger el presupuesto de la UE y de utilizar todas las herramientas para garantizar este importante objetivo», dijo el comisario de Presupuesto, Johannes Hahn.
Bruselas tenía de plazo hasta el miércoles 21 de septiembre para tomar una decisión. Finalmente, la recomendación fue adoptada por unanimidad durante una reunión del colegio de comisarios adelantada –habitualmente se celebra los miércoles– por problemas de agenda de la presidenta Ursula von der Leyen, que hoy se desplaza a Londres para participar en el funeral de la reina Isabel
El recorte supone un tercio de los fondos que Bruselas concedió al país
II y mañana a Nueva York para la Asamblea General de la ONU. Es la primera vez que el Ejecutivo comunitario aplica el mecanismo de condicionalidad, en vigor desde enero de 2021, y que permite paralizar el desembolso de fondos cuando no se garantiza la protección del presupuesto y de los intereses financieros de la UE.
Tras meses de tira y afloja, el Ejecutivo comunitario lanzó el procedimiento el pasado 27 de abril aunque continuó en paralelo un diálogo con el Gobierno de Orbán para tratar de resolver la larga lista de problemas identificados por los técnicos comunitarios: «irregularidades sistemáticas y deficiencias» en materia de contratación pública, insuficiencias a la hora de abordar los conflictos de interés, seguimiento efectivo de las investigaciones y las actuaciones judiciales en los casos que implican a los fondos de la Unión y, por último, deficiencias en el marco de la lucha contra la corrupción. Tres meses después, en julio, y ante la falta de respuesta de Budapest, la UE comunicó su intención de congelar un 70% de los fondos.