Biden insiste de nuevo en que defenderá Taiwán de un ataque chino
Pekín avisa de que no tolerará «ninguna actividad que conduzca a la secesión»
El cuarto torpedo de Joe Biden al principio de «ambigüedad estratégica», un pilar de la paz en el estrecho de Formosa, ha recibido la inmediata repulsa de China. El Ministerio chino de Exteriores alertó de que el compromiso del presidente de EEUU de mandar tropas a Taiwán en caso de invasión china es «una señal terriblemente equivocada» hacia el independentismo isleño y enfatizado su «extremo descontento y resuelta oposición» a sus últimas declaraciones. «Estamos deseando esforzarnos para conseguir una pacífica reunificación con todos», sostuvo Mao Ning, portavoz ministerial. «Pero al mismo tiempo no toleraremos ninguna actividad que conduzca a la secesión y tomaremos todas las medidas necesarias», zanjó.
La última patada de Biden al statu quo del estrecho llegó en una entrevista con el programa 60 minutos. Preguntado por si acudiría al rescate de la isla, contestó que lo haría en caso de «un ataque sin precedentes». Urgido a aclarar si estaba pensando en el envío de tropas, asintió de nuevo, pero se apresuró a aclarar que no apoyaba el independentismo y que seguía fiel al principio de una sola China. Pocas horas después, cumpliendo la liturgia, la Casa Blanca negó virajes en la política oficial. Pekín está convencida de lo contrario.
Tres veces en un año, tres, había afirmado Biden que defendería Taiwán si era atacada por China. El compromiso es inédito porque el Acta de Relaciones con Taiwán de 1979 contempla la gaseosa declaración de que Washington le suministrará los medios para defenderse. Si eso implica la intervención militar es algo que ningún presidente estadounidense había aclarado en cuatro décadas.
LÍNEA ROJA Y tres veces en un año, tres, salió el equipo de prensa de la Casa Blanca para corregir a su presidente, responsabilizar a la prensa de malinterpretar sus palabras y sentar la vigencia de la «ambigüedad estratégica». Ese principio ha garantizado la paz en una de las zonas más tensionadas de Asia. Por un lado, desincentiva el ataque chino por la posibilidad de que EEUU intervenga. Y, por el otro, frena los excesos de la isla por la posibilidad de que no intervenga. La línea roja es la declaración unilateral de independencia que Pekín ha prometido contestar por la vía militar.