El Periódico Mediterráneo

Conciencia­ción y seguridad sin prohibició­n

El camino no puede ser la prohibició­n, tiene que ser el de la informació­n, en los ‘bous al carrer’

- CARLOS Mazón* Colomer *Presidente PPCV

Una fiesta en la que muere gente es una fiesta?», soltó la vicepresid­enta del Consell de Puig sobre los bous al carrer, en un amago del totalitari­smo censor tan propio de esta izquierda impositiva que padecemos. Cualquier cuestión les vale para amenazar con aprobar un decreto que prohíba lo que no les gusta o no cuadra con su ideal de sensibilid­ad ecologista, algo que --por cierto-- luego olvidan a las primeras de cambio mirando hacia otro lado, como cuando propician la muerte por inanición de más de una docena de burros en el Desert de les Palmes o eluden asumir responsabi­lidades tras miles de hectáreas calcinadas.

Poco les importa que los bous al carrer sean una tradición muy arraigada en la Comunitat Valenciana de la que disfrutan miles de aficionado­s, que se celebre en 280 municipios o genere un impacto económico de más 300 millones de euros anuales, siendo un sector del que viven muchas familias y municipios de interior, con más de un centenar de ganaderías autóctonas de reses bravas en la Comunitat.

Si fueran coherentes, y ya que están dispuestos a prohibir la fiesta bajo el falaz argumento de que muere gente, también deberían acabar con el baño en las playas, la

Naranjada Francesc

Repleta de vitaminas para el secretario autonómico de Turisme, por la decisión de la Generalita­t de ayudar a los hoteles que alojen a viajeros del Imserso. La compensaci­ón permitirá salvar este programa de vacaciones sociales en la provincia, que sin este incentivo tenía el riesgo de desaparece­r. circulació­n de coches o la práctica de deportes de riesgo que tantas muertes provoca. Pero mejor no darles ideas.

No le pidamos coherencia a un gobierno peleado entre sí y carente de criterio unitario, también en un asunto tan nuestro y autóctono como los bous al carrer. Pero sí les podemos exigir que respeten la libertad de las personas, no ataquen nuestras tradicione­s y protejan el derecho de la gente a disfrutar de sus fiestas. Pero para eso hay que tener tolerancia, dialogar y trabajar para encontrar soluciones más allá de la prohibició­n.

Por supuesto que lamentamos los ocho fallecidos este verano y acompañamo­s a las familias en su dolor, pero seamos serios y abordemos el tema sin sectarismo­s ni clichés demagógico­s. Sentémonos a escuchar y estudiar cómo corregir lo que no funciona. El camino no puede ser la prohibició­n, tiene que ser el de la informació­n, la conciencia­ción y el refuerzo de las medidas de seguridad. Sobre la mesa están estas cuestiones, el cumplimien­to de los protocolos establecid­os y la normativa vigente para evitar más muertes en la medida de lo posible. Hace falta una postura clara para no generar confusión. No vale tampoco que el gobierno de Puig esconda la cabeza

María Gámez

debajo del ala delegando competenci­as y pasando toda la responsabi­lidad a los ayuntamien­tos como hacen habitualme­nte ante cualquier asunto espinoso.

Desde las distintas administra­ciones debemos trabajar consensuan­do acuerdos para contribuir a que las cosas salgan bien en beneficio de todos y se eviten desgracias. El martes me reuní, en mi condición de presidente de la Diputación, con la Federación de Peñas Taurinas Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana y acordamos que en el presupuest­o del próximo año la Diputación de Alicante pondrá en marcha unas ayudas para los ayuntamien­tos de la provincia que oscilarán entre los 80.000 y los 100.000 euros, para adoptar todas las medidas posibles que ayuden a mejorar la seguridad, la informació­n, la conciencia­ción y la prevención y contar para ello con la implicació­n de todos; ayuntamien­tos, federación y participan­tes.

Debemos mejorar la conciencia­ción de la gente para que cumplan con las normas establecid­as; ofrecer una buena informació­n; unificar criterios para garantizar la seguridad jurídica, económica y sanitaria de los municipios; adecuar la póliza del seguro y que las compañías puedan cubrir cualquier evento... Pero para eso es necesaria la implicació­n tanto de la Generalita­t como de las diputacion­es. No podemos ni prohibirlo­s, porque los festejos tradiciona­les forman parte de nuestra identidad como pueblo, ni tampoco abandonar a su suerte al sector y a los ayuntamien­tos.

No le pidamos coherencia a un gobierno peleado entre sí y carente de criterio unitario en un asunto tan nuestro

Guindilla

Picante para la directora general de la Guardia Civil, por la falta de agentes que sufre Castellón, como denuncian las asociacion­es del instituto armado y se evidencia en episodios como el que padeció el litoral sur el pasado sábado, con solo una patrulla para cubrir Moncofa, Nules, la Llosa, Almenara y Xilxes.

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