Meloni defiende su derecho a gobernar si gana las elecciones
La líder del partido ultra Hermanos de Italia cierra la campaña en Roma
Italia, que en pocas semanas ha exhumado fantasmas que se creían enterrados desde hace tiempo, afronta su nueva cita con las urnas tiritando. Ayer el bloque de derecha clausuró una campaña electoral para las generales anómala por su corta duración (la dimisión de Mario Draghi en julio ha sido el de desencadenante de los comicios anticipados), pero sobre todo dominada por la figura de Giorgia Meloni, la líder de Hermanos de Italia, favorita en la intención de voto. En la calle se palpa el desencanto de los ciudadanos, muchos de los cuales han aceptado apáticamente la normalización de un partido posfascista y, en los despachos del poder, el temor a lo que eso puede suponer para el futuro europeo e internacional del país.
En este clima, una Meloni enardecida acudió a la plaza del Pueblo en Roma, el lugar elegido para el acto, para pronunciar un discurso en el que, una vez más, arremetió contra los medios de comunicación mainstream, los países europeos «que se oponen a bajar los precios de la energía» y casi todo lo que se ponía por delante. Pero sobre todo atacó a sus rivales políticos. «La Italia de los círculos de golf se acabó», sostuvo, refiriéndose a los progresistas italianos. Sin pistas sobre si la estratagema ha calado hondo en la población, la ultraderechista defendió su derecho a gobernar si gana las comicios. «¿Quién nos tiene miedo? ¿A quién le damos miedo?», se preguntaba Meloni. «La izquierda dice que los mercados tienen miedo, que Europa tiene miedo. ¡Los que tienen miedo son ellos!», afirmó. A continuación, Meloni volvió a proponer su discurso más nacionalista y euroescéptico, reafirmando la colocación de Italia dentro del bloque europeo y atlantista, pero reiterando que defenderá los intereses nacionales de Italia. Más aún, la política romana también reiteró que, de ganar los comicios, promoverá una reforma para llevar Italia hacia un modelo presidencialista, en el que el presidente del país tenga mayores poderes que ahora.
En una plaza poblada por banderas de Hermanos de Italia, superiores en número a las del resto de partidos aliados, Meloni cosechó de esta manera aplausos y coros de ánimo. A su lado la escuchaban atentos sus aliados. El menguante Matteo Salvini, el líder de la Liga, y Silvio Berlusconi, el fundador de Forza Italia. Ambos cerraron filas con Meloni. «Estamos aquí porque tenemos un gran futuro que realizaremos juntos», dijo Berlusconi, quien defendió su alianza con Salvini y Meloni como la única solución para tomar el poder.
«La izquierda dice que Europa tiene miedo. ¡Los que tienen miedo son ellos!», dice
DURO DISCURSO DE SALVINI «Esta es una plaza común y unida. Gobernaremos juntos por cinco años», afirmó, por su parte, Salvini. Acto seguido, el líder de la Liga defendió la construcción de centrales nucleares de última generación en Italia, y también alertó a Bruselas de que no aceptará la propuesta de la Comisión Europea de prohibir la circulación de los vehí
Salvini y Berlusconi cerraron filas con la candidata ultra, favorita en intención de voto
culos diésel y de gasolina.
Si esta propuesta es llevada adelante, «convocaremos un referéndum para pedirle a los italianos si están de acuerdo con esta tontería», desveló. De hecho, fue Salvini el que hizo el discurso más duro de la noche, al augurarse un cambio político en Estados Unidos que debilite al actual presidente estadounidense Joe Biden, a la vez de que también cargó contra las políticas de género y las familias arcoíris. «He bloqueado los desembarcos (de inmigrantes). Espero repetir», concluyó el político italiano.