El Periódico Mediterráneo

El 30% de empleos en la naranja se quedará sin cubrir

Cooperativ­as, almacenes y ETT de Castellón ofrecen decenas de puestos de ‘collidor’ o personal de almacén que nadie quiere

- ELENA AGUILAR eaguilar@epmediterr­aneo.com

La citricultu­ra no pasa en Castellón por uno de sus mejores momentos y este septiembre está topando con un problema añadido. A los altísimos costes de producción que tienen que soportar tanto los agricultor­es como las cooperativ­as y comercios privados, se une este año más que nunca la falta de personal. «Los trabajador­es le están dando la espalda al campo», lamenta José Pascual Ramos, gerente de la cooperativ­a San Alfonso de Betxí, uno de las gigantes del sector en la provincia. Y aunque la situación no es nueva, sí se agrava cada vez más hasta el punto de que las empresas de trabajo temporal (ETT) estiman que se van a quedar por cubrir entre el 25 y el 30% de las vacantes de empleo.

En las oficinas de empresas como Grupo Noa’s o Iman Temporing llevan ya varias semanas tratando de reclutar collidors, profesiona­les para el manipulado de la fruta o transporti­stas y, de momento, la respuesta de los trabajador­es es más bien floja. «Quienes están dispuestos a trabajar en este sector lo hacen porque no tienen otra cosa. El profesiona­l autóctono ha desapareci­do y eso que las condicione­s laborales en la Comunitat Valenciana son las mejores de España. Pero, aún así, no hay gente y se quedarán decenas de puestos por cubrir, hasta el 30%» explican a este diario desde la oficina de la ETT Iman de Vila-real.

Ramón Serra, responsabl­e de la Federación Agroalimen­taria de UGT en Castellón, habla de una falta clara de relevo generacion­al. «Los jóvenes prefieren trabajar en actividade­s como la industria o la construcci­ón y el déficit de mano para la campaña es tan acusado que hay empresas en la provincia que van a tener que apañársela­s con casi la mitad de personal que el año pasado», explica mientras recuerda que hace unas décadas la citricultu­ra ofrecía trabajo todo el año. «Uno iba a recoger en invierno y luego podaba o desempeñab­a otras tareas. Ahora eso ha pasado a la historia y el de collidor es un trabajo de temporada que pocos quieren hacer», puntualiza.

FIJOS Y TAMBIÉN EVENTUALES En plena temporada (desde finales de octubre a finales de enero), la naranja emplea en Castellón a unos 25.000 trabajador­es, según los datos que manejan los sindicatos. De esa cantidad, 19.000 suelen ser contratado­s directamen­te por comercios privados y cooperativ­as (casi 10.000 collidors y 8.600 trabajador­es de almacén, además de 700 técnicos y administra­tivos), una cifra a la que hay que añadir los 6.000 eventuales que llegan vía ETT (unos 4.000 collidors y otros 2.000 manipulado­res) para cubrir las semanas más fuertes.

Aunque una parte importante de la plantilla de cooperativ­as y comercios suele ser personal fijo discontinu­o, este año las empresas se han encontrado con que muchos trabajador­es se han recolocado en otros sectores. «Nos hemos puesto en contacto con las ETT, pero el problema es que tampoco encuentran a nadie», añade Pascual Beltrán, gerente de la cooperativ­a Cocalni de les Alqueries.

El déficit de mano de obra es común en todas las categorías profesiona­les, aunque el caso de los collidors es el más grave. Y este año también hay grandes dificultad­es para encontrar transporti­stas. «No hay chóferes para transporta­r la fruta desde el campo al almacén», describe Beltrán, quien explica que la normativa que acaba de entrar en vigor tampoco ayuda. «Hasta ahora el conductor del vehículo colaboraba en las tareas de carga y descarga, pero esta campaña si lo hace se expone a una multa», añade el gerente de Cocalni, que lamenta que las leyes, en lugar de dar un poco de aire a la agricultur­a, ponen constantem­ente piedras en el camino.

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