Sin piedad
Recaudar a toda costa. Ese es el único objetivo que se ha marcado el gobierno de Amparo Marco en Castellón. En el peor momento. Hagamos un repaso. El 10 de enero de 2022, el tripartito de PSOE, Compromís y Podemos puso en marcha las videocámaras del casco histórico. Hasta 80 euros le cuesta a cada castellonense entrar en el anillo prohibido. Solo en el año 2021, en el periodo de pruebas, se impusieron 16.000 sanciones con una recaudación de más de 3 millones de euros. El sistema no solo está siendo un mal de cabeza para los vecinos. Los proveedores de los comercios y de los hosteleros del centro, los autónomos como los electricistas o fontaneros, los prestadores de servicios sanitarios… ven cómo no pueden acceder por un sistema que sanciona sin discriminación. Hay personas que acumulan 8.000 euros en multas. ¡Sin piedad!
No es la única vía. El 3 de octubre se activan los tres nuevos radares que Amparo Marco va a poner en marcha en la Ronda de Circunvalación y en la avenida Valencia. Serán una ratonera para los conductores. Y por si fuera poco, el tripartito ya anuncia que va a gastar más de 2 millones de euros en llenar todo el centro de la ciudad de nuevas cámaras de vídeo, con el objetivo de sancionar a todo aquel que entre sin permiso en el Castellón Central, al estilo de Madrid Central, que van a poner en marcha.
Ni es el momento ni es la solución. Los castellonenses necesitan ayuda, no que les frían a multas. Hoy muchas familias no pueden llegar a final de mes ni llenar la nevera. La izquierda progresista, la que venía a rescatar las personas, cada vez se lo pone más difícil. Es hora de bajar impuestos, no de seguir sangrando a los castellonenses.