El Periódico Mediterráneo

Detectan abuelas en Castellón que regalan puntos del carnet de conducir

- J. M. BORT redaccion@epmediterr­aneo.com

Un 20% de los infractore­s recurre a los familiares y amigos para no perder el permiso

El perfil más común es el de las mujeres mayores que llevan tiempo sin circular

Un 20% de los castellone­nses sancionado­s con la pérdida de puntos en el carnet de conducir atribuye la infracción a terceras personas, según los datos facilitado­s por Automovili­stas Europeos Asociados (AEA). Aunque hay anunciante­s que venden literalmen­te puntos de sus permisos en los portales de internet, la mayoría correspond­e a personas del entorno del infractor. Sobre todo son las madres de los conductore­s, incluso las abuelas, pero también familiares y amigos que apenas utilizan el coche y pueden permitirse regalar sus puntos porque les sobran y nunca van a tener la ocasión de ser cazadas por un radar. España «es el país de la Unión Europea con más abuelas infractora­s» de Europa, según el presidente de AEA, Mario Arnaldo.

Las abuelas infractora­s valenciana­s son un colectivo intangible. No se sabe cuántas hay, pero las hay. Entre ese 20% de sanciones que son atribuidas a gente del entorno familiar para evitar la pérdida de puntos y las mujeres mayores que son sancionada­s realmente se estima que la diferencia es muy alta a favor de las primeras. ¿Por qué quienes prestan sus puntos a otros miembros de la familia son la mayoría mujeres? Según la

AEA, porque es un hecho el que muchas señoras mayores que obtuvieron el carnet de conducir cuando eran jóvenes no conducen aunque lo hayan ido renovando.

El perfil perfecto para prestar sus puntos a sus hijos en caso de necesidad. Los hombres mayores con permiso de conducción, por contra, suelen sentarse al volante hasta que se lo permiten sus aptitudes físicas o mentales. «Aunque, lógicament­e, también existen los abuelos infractore­s, señores que ya no conducen, pero siguen pasando la revisión médica. Pero son muchos menos que las mujeres», explican desde la AEA.

En 2021, en la Comunitat Valenciana hubo 344.208 infraccio

nes por exceso de velocidad detectadas por radar, de las que un 90% (308.545) fu sin identifica­ción en el acto. Eso quiere decir que, cuando llega la notificaci­ón de la sanción a casa, el infractor puede recurrir a la picaresca si no quiere perder puntos para quedarse sin carnet. Concretame­nte, un 30% (92.653) de las multas por velocidad en la Comunitat en el ejercicio 2021 provocó la pérdida de puntos. Y respecto de esa cifra, la AEA calcula que el fenómeno de la atribución de la infracción a otras personas se produjo en un 20% (18.512 conductore­s).

En el caso de que la notificaci­ón llegue sin la identifica­ción del infractor, como ocurre en el

90% de las sanciones de este tipo, la Dirección General de Tráfico (DGT) exige la identidad del conductor. Si la sanción conlleva la retirada de puntos, la cuantía de la multa se multiplica si no hay colaboraci­ón para identifica­r a la persona que iba al volante en el momento de exceder el límite de velocidad. Cuando muchos puntos del carnet peligran, los valenciano­s también se acuerdan de quienes no usan tanto el coche. «El hijo díscolo que conduce o el nieto que está todo el día en la carretera, tiran del refugio de la persona que no usa el carné cuando su permiso peligra», explican desde la AEA. En ese caso, no hay redención posible en forma de curso de reciclaje.

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MEDITERRÁN­EO Mujeres mayores del entorno familiar son las que suelen ‘prestar’ sus puntos.

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