Bruselas acoge con cautela el resultado y teme los efectos
La Comisión Europea confía en una «cooperación constructiva»
Satisfacción absoluta en la Hungría de Viktor Orbán, la Polonia de Mateusz Morawiecki, la República Checa que lidera el primer ministro Petr Fiala, la Francia de Marine Le Pen o la Suecia de los Demócratas suecos, el partido antiinmigración convertido en la segunda fuerza política del país. En cambio, silencio y prudencia de momento en las instituciones europeas, que miran con temor a las repercusiones que el ascenso de la extrema derecha en Italia tendrá para expedientes como el Estado de derecho, el pacto de asilo e inmigración, los derechos y las reformas exigidas a cambio de los fondos de recuperación. «No comentamos jamás los resultados de las elecciones nacionales», dijo Eric Mamer, portavoz de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Bruselas se pone de perfil e insiste en que no le corresponde al Ejecutivo comunitario evaluar los resultados ni analizar el auge de la extrema derecha. «Sería presuntuoso por mi parte intentar analizar las razones que han llevado a los italianos a votar como lo han hecho. No es nuestro papel» pero «ver estas elecciones como un juicio a Europa me parece una simplificación extrema», añadió . En todo caso, la CE trabajará con el Gobierno que asuma las riendas de Italia, independientemente de los partidos que la conformen y de quién lo lidere. «La Comisión y la presidenta trabajan con los gobiernos que salen de las urnas en las elecciones de los países de la Unión Europea y no será diferente en este caso. Esperamos tener una cooperación constructiva con las nuevas autoridades italianas», completó.
El mensaje mantiene la línea ya apuntada la semana pasada por la propia von der Leyen. «Mi planteamiento es que cualquier gobierno democrático que esté dispuesto a trabajar con nosotros trabajaremos juntos… Si las cosas van en una dirección difícil –ya he hablado de Hungría y Polonia– tenemos herramientas», decía interrogada sobre el papel de la Comisión como guardiana de los tratados. Unas palabras que causaron un enorme revuelo en Italia pero con las que cerró filas la primera ministra de Francia, Elisabeth Borne, ayer. «Evidentemente estaremos atentos y con la presidenta de la Comisión Europea para que esos valores sobre los derechos humanos, sobre el respeto de unos y otros, en particular el respeto al derecho del aborto, sean respetados por todos», dijo. Aplausos de la extrema derecha
ALEGRÍA DE POTENCIALES ALIADOS Sí lo han hecho en algunos otros Estados miembros potenciales aliados de Meloni como Hungría o Polonia. «Felicidades a Giorgia Meloni, Matteo Salvini, Silvio Berlusconi por las elecciones. En estos momentos difíciles necesitamos más que nunca amigos que comparten una visión común y un enfoque de los desafíos de Europa», celebró Balász Orbán, director político del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
«Una victoria más que merecida. ¡Felicidades!», dijo en su cuenta de Facebook el mandatario húngaro. También felicitaron a la líder de la formación Hermanos de Italia el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, y el primer ministro de la República Checa, que ostenta la presidencia semestral de la UE, Petr Fiala. La extrema derecha francesa también se ha sumado a los elogios. «Los italianos han dado una lección de humildad a la UE», escribió el eurodiputado de extrema derecha francesa, Jordan Bardella.