Facturas de luz de hasta 24.200 € llevan a los pozos de riego a la ruina
Las asociaciones de balsas de Castellón denuncian el «inasumible» sobrecoste que supone el tope del gas Los agricultores tendrán que pagar casi el doble por regar, lo que supone otro golpe para el sector
ABenjamín Persiva casi le da algo el día que le llegó la factura de la luz del mes de agosto de uno de los pozos de riego que forman parte de la asociación de pozos de Torreblanca de la que es el gerente: 24.237 euros, una cifra nunca alcanzada hasta ahora. Lo grave es que de esa cantidad, casi el 40% responde a los cargos normativos que aplican las empresas distribuidoras de electricidad en compensación por el tope al precio del gas del Gobierno, la llamada excepción ibérica, y que entró en vigor a mediados del pasado mes de mayo. «La subida es insoportable. Estamos hablando de diferencias de hasta el 80% respecto a lo que pagábamos hace un año», denuncia.
En Torreblanca la agrupación de pozos no sabe cómo va a poder hacer frente a las facturas de la energía y el subidón es generalizado en los casi 250 pozos que pertenecen a la asociación provincial. En Onda, por ejemplo, hay pozos que en agosto del año pasado abonaron 2.590 euros y el mismo mes de este 2022 han pagado 6.521 euros. De esa cantidad, 2.949 euros son para el tope del gas. «La situación es gravísima. Llevamos años invirtiendo en mejorar y modernizar nuestras instalaciones y ahora nos llegan unos gastos que no podemos asumir y que vamos a tener que repercutir en los regantes. Esto va a ser el fin de la agricultura de esta provincia», lamenta Vicent Colonques, presidente de la Asociación Provincial de Pozos de Riego, un colectivo al que pertenecen unos 5.000 regantes.
Los pozos de riego se nutren del dinero de los socios, gracias al cual pagan la energía necesaria para alimentar las bombas que extraen agua del subsuelo y la nómina del pocero. «Tenemos un presupuesto anual que está ajustando al milímetro. El problema es que a consecuencia de este impuesto el
precio del agua está desfasado y habrá que hacer derramas especiales para poder pagar las facturas», argumenta tanto Vicent Colonques como Fernando Peris, abogado de la asociación. Y estas derramas sí o sí van a implicar que el agricultor acabe pagando mucho más. «Si ahora una hora de riego cuesta 20 euros, la tari
fa subirá a 36 o incluso a 40», avisan en la asociación provincial. El sobrecoste al que se enfrentan los regantes de la provincia llega en el peor momento posible. «El llaurador no puede más. La naranja se paga a precios de hace 50 años y los gastos no dejan de aumentar. La agricultura es la hermana pobre de la economía», dice Colonques.
Mientras las asociaciones de pozos tratan de digerir el sablazo de la factura eléctrica y auguran que provocará que decenas de agricultores se den por vencidos y aban
PLACAS SOLARES, ¿LA SOLUCIÓN?
donen el sector, la Conselleria de Agricultura ha anunciado que prepara ayudas específicas para que estas instalaciones se abastezcan de luz generada a través de panales solares. La solución, sin embargo, no convence a los regantes. «¿Dónde vamos a poner las placas solares? Las asociaciones de pozos vamos a tener que comprar terreno para colocar los paneles y eso nos va a suponer otro importante gasto», argumenta el presidente provincial que aboga porque el Gobierno ponga encima de la mesa un paquete de ayudas directas que ayuden al colectivo a pagar unas «inasumibles» facturas.