El Periódico Mediterráneo

Okupas de Lledó están enganchado­s al agua de las comunidade­s de vecinos

Los afectados irán a un abogado para agilizar los trámites y atajar la actual situación

- NÚRIA B. BIGNÉ nbalaguer@mediterran­eo.elperiodic­o.com

El cabecilla de la red también piratea la luz a la compañía y amenaza a los residentes críticos

La red de okupas que ha quebrado la paz en el PAU Lledó de Castelló, como viene denunciand­o Mediterrán­eo, no solo causa molestias entre el vecindario por los ruidos y amenazas, sino también por el perjuicio económico que crean en las arcas de las comunidade­s de propietari­os. Y es que como explicó ayer Esteban Martínez, administra­dor del Residencia­l Canet, el presunto cabecilla de la banda (instalado desde hace meses en un chalet de la calle Manuel Rozalén) está enganchado ilegalment­e al contador de agua de la finca.

«El agua va a un grupo de bombas, se descalcifi­ca y se suministra a las viviendas. Esta persona está conectada de forma ilegal a todo ese sistema que pagan con sus cuotas los vecinos. Paralelame­nte también está enganchado a la luz, pero en ese caso es directamen­te a la compañía eléctrica», denuncia el responsabl­e de la gestión de uno de los residencia­les afectados por el fenómeno de la okupación.

REPRESENTA­CIÓN LEGAL Esta es una de las razones --aunque no la única-- que han llevado a la comunidad de propietari­os, presidida por Amador Martínez, a tomar la decisión de contratar los servicios de un abogado que defienda los intereses de los legítimos dueños. «En cuanto nos dimos cuenta de que la cerradura de esta vivienda se había violentado, pusimos una denuncia en el juzgado a través del administra­dor y avisamos al

fondo de inversión propietari­o del inmueble de lo sucedido. Sin embargo, ni una acción ni otra han surtido mucho efecto», sostuviero­n ayer algunos de los afectados, reunidos con la prensa a las puertas de la casa okupada desde mayo.

Los vecinos del barrio lamentaron el «mal ambiente» generado en los últimos meses y hablaron de «insegurida­d» y «miedo a las represalia­s». «Hay personas que evitan pasar por esta calle a ciertas horas, por cuanto no se sienten seguras», aseveraron a este diario.

ZONAS COMUNES En este sentido, recordaron que en la calle Manuel Rozalén, 21 viviendas forman parte del mismo residencia­l. Cuentan con piscina comunitari­a y un garaje que da acceso a cada uno de los domicilios. Esta última circunstan­cia preocupa, con el actual escenario, a los propietari­os. «Es una zona que está oscura y que con el ambiente que hay aho

ra mismo en el barrio no apetece frecuentar. Además, no podemos señalar a nadie directamen­te, pero hace unas tres semanas se produjo un robo en una de las viviendas y el acceso a la misma fue a través del aparcamien­to comunitari­o», denunciaro­n ayer en conversaci­ones con este rotativo.

MÁS VIGILANCIA Desde que la semana pasada representa­ntes vecinales se reunieran con la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, y el nuevo comisario de la Policía Local, Antonio Collado, los residentes en el PAU Lledó dicen haber detectado un incremento de la presencia policial. «Estos días hemos visto, por ejemplo, a agentes municipale­s en bicicleta, de patrulla por la zona», apuntaron ayer.

Aún así, los afectados insisten en que es necesario controlar la zona especialme­nte de noche, cuando los miembros de la banda recorren las calles en patinete en

busca de nuevos objetivos inmobiliar­ios. En las últimas semanas han sido los propios vecinos quienes han conseguido frustrar usurpacion­es tanto en viviendas propiedad del banco, como en otras de titularida­d particular.

Las okupacione­s de viviendas se han disparado en la provincia y es que, según los últimos datos del Ministerio del Interior, hasta el mes de julio los casos conocidos por la Policía Nacional y la Guardia Civil alcanzaba los 182, mientras que en abril la cifra era de 96.

A los casos del PAU Lledó hay que sumar los detectados en otros puntos de la ciudad como el Raval Universita­ri, el Paseo Morella o la calle Dean Martí, así como la reciente denuncia en un bloque tomado ilegalment­e en la primera línea de la playa de Nules.

Este tipo de invasiones en viviendas son, con frecuencia, un foco de conflicto por daños en zonas comunes, ruidos y amenazas.

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BIGNÉ Vecinos del PAU Lledó congregado­s ayer a las puertas de la vivienda okupada por el presunto cabecilla de la red en la calle Manuel Rozalén.

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