Morata ejecuta el plan de Luis Enrique y mete a España en la final
El tanto del rojiblanco en el minuto 88 recompensa el arreón final de la ‘Roja’ en Portugal
PORTUGAL ESPAÑA
Portugal: Diogo Costa; Cancelo, Rúben Dias, Danilo Pereira, Nuno Mendes: Rúben Neves, William Carvalho; Bernardo Silva, Bruno Fernandes, Diogo Jota; y Cristiano Ronaldo. Cambios: João Mário por Bernardo Silva (min. 73), Vitinha por Diogo Jota (min. 79), Rafael Leão por William Carvalho (min. 79) y João Félix por Rúben Neves (min. 89).
España: Unai Simón; Carvajal, Hugo Guillamón, Pau Torres; Gayà; Rodri, Carlos Soler, Koke; Ferran Torres, Sarabia y Morata. Cambios: Busquets por Hugo Guillamón (min. 46), Gavi por Koke (min. 61), Pedri por Carlos Soler (min. 61), Yeremy Pino por Sarabia (min. 61) y Nico Williams por Ferran Torres (min. 73).
Gol: 0-1. Min. 88: Morata remacha a la red una dejada de Nico Williams con la cabeza.
Árbitro: Daniele Orsato (italiano).
Tarjetas: Bernardo Silva, Nuno Mendes y João Félix (Portugal); y Hugo Guillamón y Carvajal (España).
Estadio: Municipal de Braga.
Espectadores: 30.000.
Incidencias: España volverá a jugar la final a cuatro de la Liga de Naciones. Países Bajos, Croacia e Italia, las otras clasificadas. deportes@mediterraneo.elperiodico.com
España ganó a Portugal en Braga (0-1), resultado que necesitaba para meterse en la final four de la Liga de Naciones (junto a Países Bajos, Croacia e Italia). El gol de Álvaro Morata en el minuto 88, sumado a las paradas de Unai Simón, clasifican a la Roja, en un encuentro en el que Luis Enrique Martínez aguantó una hora el empate y luego buscó el triunfo durante media hora... hasta el postrer tanto del rojiblanco.
Complicado descifrar un once del asturiano. No tiene jugadores con jerarquía a los que se aferre en los partidos a vida o muerte. Y eso es tan respetable como discutible. Para este partido cambió la defensa (sí siguió Pau Francisco Torres), todo el mediocampo y a su delantero respecto al equipo que cayó en Zaragoza ante Suiza. Mandando a la grada, para algunos señalados y para otros protegidos, a Èric García y a César Azpilicueta.
Sea como fuere, Luis Enrique alineó una medular casi inédita
con Carlos Soler sumando llegada con Rodri Hernández mordiendo y Koke de ancla. Arriba, Pablo Sarabia generando juego junto a un intrascendente Ferran Torres y Morata de estilete. Para muchos, un equipo elaborado pensando más en el Mundial que en la Liga de Naciones, junto a una irreconocible camiseta celeste.
POLVORÓN DE PRIMERA PARTE Portugal, como digno equipo de Fernando Santos que es, se atrincheró y jugó a salir con velocidad tras robo. Pelota en los pies de España, especialmente en los de los centrales Pau y un sorprendente Hugo Guillamón que no juega en esa posición ni en el Valencia. Los lusos
esperaban agazapados el momento de la emboscada, con Cristiano liberado de defender. España no arriesgaba y Portugal no se destapaba. El partido, con 81% de posesión visitante, era pastoso como un polvorón, con un tiro lejano de Rúben Neves como lo único destacado en la primera media hora.
En el 32, Bruno Fernandes robó la cartera a Rodri y puso a correr a Diogo Jota, quien obligó a Unai Simón a salvar el tanto. Si había un plan, no podía ser ese, porque, a los 37’, el propio Bruno rozó el 1-0. Al descanso, Portugal coqueteaba con el gol, mientras España no había disparado a puerta, y así se antojaba difícil ganar a nadie, a lo que se sumaba que el me
jor jugador era el portero. A ganar por aburrimiento, sin espíritu.
Si sorprendente fue el once, más lo fue la sustitución que ordenó Luis Enrique para reorganizar el juego. Metió a Sergio Busquets y tiró atrás a Rodri de central, puesto en el que nunca ha jugado. Cambio de autor difícil de explicar, y más aún de entender. En esas, Unai Simón volvía a salvar a la Roja en otro error atrás, pero el seleccionador ni se inmutaba fiándolo todo a acertar la oportunidad que le cayese arriba. Si le caía alguna... Parecía que el empate le valía a España y era Portugal quien necesitaba la victoria.
Y a la hora de encuentro, el asturiano descubrió sus cartas. Había llevado el partido igualado hasta entonces para subir el ritmo la última media con Pedri, Gavi y Yeremy Pino. Comenzó el centro del campo a moverse sin balón y aumentaron las revoluciones.
Sin embargo, no llegaban las ocasiones y el tiempo corría en contra. Dos saques de esquina, llegadas al área contraria, laterales sumando en ataque, pases superando líneas... La Roja, ahora sí, iba a por el partido. Dani Carvajal sacaba milagrosamente bajo palos y los lusos comenzaban a lamentarse por desperdiciar sus ocasiones. Quien perdona... En el 70’, Morata realizó el primer disparo a puerta; y segundos después perdonaba Cristiano Ronaldo, con una intervención decisiva de José Luis Gayà. Pasaban cosas.
CAMBIOS DECISIVOS Se jugaba un partido distinto de 30 minutos. Nico Williams y el canario del Villarreal le daban velocidad arriba mientras Morata se animaba descolgándose a por un balón que terminaba con un zapatazo que Diogo Costa se sacaba de encima. En el cruce de golpes podía pasar de todo, pero España parecía tener más piernas y fútbol. El problema es que había regalado una hora y las prisas jugaban en contra.
Y el plan se hizo perfecto cuando un gran pase de Carvajal fue cabeceado al centro por Nico Williams y Morata la remachó a la red. Luis Enrique acertaba con la partida de ajedrez que había propuesto en Braga. España ganaba exprimiendo la pizarra y, por lo tanto, estará en la final a cuatro de los Países Bajos, en junio del 2023. Donde estará Luis Enrique en el banquillo, salvo hecatombe en el Mundial de Qatar. Y será porque se lo ha ganado con otro planteamiento tan discutible como acertado, a juzgar por el resultado.