Estampida mortal en Indonesia
125 muertos, la mayoría por asfixia, tras saltar al césped para atacar a sus jugadores
Un estadio de fútbol ha vuelto a ser este fin de semana escenario de una tragedia de grandes proporciones. Una estampida mortal provocó en un partido de la isla de Java al menos 125 muertos, entre ellos 17 niños y dos policías, y casi 200 personas más resultaron heridas en los altercados que se produjeron el sábado en el partido Arema-Persebaya de la primera división. Los aficionados del Arema saltaron al terreno de juego tras la derrota (2-3) --la primera contra su gran rival en más de dos décadas-- para protestar por la actuación del equipo. La policía empleó gases lacrimógenos para contenerlos, una acción que derivó en un trágico alud humano y que ha recibido duras críticas del presidente del país.
La tragedia es una de las más mortales en la historia del fútbol mundial. Aunque en un primer momento las autoridades locales estimaron las víctimas en 174, más tarde revisaron esa cifra a la baja, de 174 a 125, explicando que algunos fallecidos habían sido contados más de una vez.
Los disturbios ocurrieron en el estadio Kanjuruhan (tiene una capacidad para 42.500 espectadores) de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental. Cerca de 3.000 aficionados del equipo local irrumpieron en el campo y atacaron a los jugadores por los malos resultados. Eso desató un duro enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, que usaron gases lacrimógenos en un intento de frenar los ataques. La mayor parte de las muertes se produjeron a raíz de la estampida de los aficionados. «Decenas de ellos se asfixiaron», ya que se trataba de «un espacio lleno de gente, que provocó dificultad para respirar y falta de oxígeno», manifestó el jefe de policía de Java Oriental, Nico Afinta.
«EN BRAZOS» «Hubo aficionados que murieron en brazos de jugadores», explicó ayer en la Cadena Ser Javier Roca, el entrenador chileno del Arema, al relatar cómo vivió la avalancha. «Tras el partido me fui al vestuario y algunos jugadores se quedaron en el campo. Al volver de la rueda de prensa me encontré con la tragedia y con el caso dentro del estadio. Los muchachos pasaban con víctimas en brazos», indicó. «Lo más terrible fue cuando entraban los heridos a ser atendidas por el médico del equipo. Accedieron unas veinte personas y fallecieron cuatro. Hubo aficionados que murieron en brazos de jugadores», señaló Roca.
Tras la tragedia, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, anunció que ha solicitado una investigación para «averiguar a fondo» los sucesos en Malang. Y no solo eso, se comprometió a hacer «una evaluación exhaustiva de la ejecución de los partidos de fútbol», así como de «los procedimientos de seguridad para su celebración», afirmó en un discurso televisado.
GASES El uso de gases lacrimógenos por la policía indonesia fue criticado por entidades internacionales. Amnistía Internacional, por ejemplo, urgió a las autoridades indonesias a llevar a cabo una «investigación rápida, exhaustiva e independiente sobre el uso de gases lacrimógenos en el estadio».
La organización enfatizó que el «gas lacrimógeno nunca debe ser disparado en los espacios confinados» debido a su alto nivel de peligrosidad y recordó que las normas de seguridad de los estadios de la FIFA prohíben el transporte o el uso de los llamados «gas de control de multitudes».
MINUTO DE SILENCIO La liga de fútbol del país asiático suspendió todos los partidos durante una semana. El suceso tuvo, lógicamente, un enorme eco en todo el mundo del fútbol. «Este es un día oscuro para todos los implicados en el fútbol y una tragedia incomprensible», lamentó Gianni Infantino, presidente de la FIFA, en un comunicado. LaLiga y la Federación Española acordaron, por su parte, que se guardara un minuto de silencio en los partidos de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank «para mostrar sus condolencias al pueblo indonesio, especialmente a los familiares de los fallecidos».
Luis Milla, actual técnico del Persib, equipo de la Superliga de Indonesia, aseguró en RAC1 que «no es extraño que los hinchas invadan el terreno de juego. Acude mucha gente descontrolada y se crean situaciones peligrosas».