El Valencia salva un punto tras un regalo
Un error increíble del portero del Espanyol priva a su equipo de la victoria en el minuto 96
Cuando más cerca parecía la primera victoria del Espanyol en casa, otra acción desgraciada hundió a los pericos. En un final alocado, con una expulsión por bando, un balón bombeado de Cömert sin ningún peligro se terminó colando en la portería de Álvaro ante la desesperación de los 20.000 pericos que fueron al RCDE Stadium. La imagen del meta pidiendo disculpas a los hinchas lo resume todo. Ya había fallado en la derrota contra la Real, pero la cantada de ayer fue durísima. En el último suspiro se vino abajo todo el trabajo de un duelo que aglutinó las señas de identidad que acompañan al sentimiento blanquiazul: corazón, coraje, sufrimiento y desgracia.
EL CARRIL FRÁGIL Apostó de inicio Diego Martínez por Calero en el lateral derecho, el puesto más problemático por las bajas de Óscar Gil y Rubén Sánchez. Conocedor de esa carencia, Gattuso cargó el juego de su equipo en la izquierda. Con el tándem formado por Gayà y Samuel Lino, el Valencia destrozó ese carril y pudo avanzarse al menos en tres ocasiones en el primer cuarto de hora. Cavani y Lino perdonaron.
Solventada esa agonía, llegó el disparo de Braithwaite, repelido por Mamardashvili. Lino continuó activo en un choque de ida y
vuelta con demasiados espacios. Cuando más igualado parecía todo, irrumpió uno de los males del equipo catalán este curso, el balón parado. Gabriel Paulista se agigantó por encima de Vini Souza y adelantó al Valencia con un cabezazo letal. Lejos de hundirse, el Espanyol puso las tablas gracias a un precioso disparo de Joselu. Ese tanto dio alas a los locales. Darder avisó con un remate al larguero y luego selló el 2-1 con una de sus clásicas conducciones y disparo que sorprendió a Mamardashvili.
Tras la roja a Marcos André, el duelo parecía sentenciado, pero el exportero del Huesca cantó cuando Cömert colgó el balón y Álvaro pensó que iba fuera.