El Botànic negocia subir los impuestos a los ricos para el 2023
La negociación para los presupuestos de la Generalitat del año 2023 ya está en marcha. Ayer por la tarde tuvo lugar en la sede de la Conselleria de Hacienda la primera reunión de la comisión política encargada de diseñar las cuentas autonómicas del próximo ejercicio, una cita que no estaba en la agenda oficial y que llega marcada por el debate fiscal abierto en el seno del Consell después de que Ximo Puig anunciara una bajada de impuestos que resulta insuficiente para sus socios de gobierno.
Una semana después, la letra pequeña del ajuste tributario sigue siendo una incógnita. Solo hay dos certezas: que modificará todos los tramos y los tipos de la escala autonómica del IRPF y que reducirá la recaudación de la Generalitat en unos 150 millones de euros. El resto, tanto el nivel de ingresos máximo al que beneficiará la rebaja como el po
Compromís y Unides Podem insisten en elevar la presión a rentas altas
sible incremento de la presión fiscal a las rentas más altas, sigue en el aire por las dudas de Compromís y Unides Podem.
Los socios del PSPV entienden que aminorar los ingresos públicos en un contexto de crisis económica rompe con la narrativa de un gobierno progresista, por lo que están centrando sus esfuerzos en introducir ajustes que conviertan la propuesta de Puig en una reforma fiscal neutra. Es decir, buscan fórmulas que incrementen la aportación «de los que más tienen» por valor de esos 150 millones que se dejarán de ingresar de rentas medias y bajas.
Para ello, Compromís ha planteado dos vías: limitar la rebaja del IRPF a las rentas por debajo de los 50.000 euros anuales (la propuesta socialista pone el umbral en los 60.000 euros) y crear un nuevo escalón en el tramo de contribuyentes cuyos ingresos se sitúan entre los 150.000 y 200.000 euros. Desde Unides Podem, por su parte, dejan claro que el objetivo es «no perder recaudación». Antes, Puig había insistido en que el marco que fijó en su anuncio «se mantiene».