En busca y captura una madre por maltrato y abuso a sus hijos
Los niños, de 2 a 10 años, compraban droga para sus padres y la probaban La mujer no acude al juicio en el que la fiscal pide 15 y 30 años para los padres
La Audiencia Provincial de Castellón puso ayer en búsqueda y captura a una mujer, acusada de maltratar, abusar y drogar a sus cinco hijos en Castelló. La progenitora no se presentó al juicio que debía comenzar ayer en la Sección Primera y que estaba señalado para tres jornadas, al que sí acudió el padre de las víctimas, quien se encontraba ya ingresado en prisión.
No es la primera vez que este juicio debe suspenderse por la incomparecencia de la mujer, por lo que la Audiencia ha ordenado la búsqueda y detención de la fugitiva para garantizar su presencia en la vista. La unidad de la Guardia Civil adscrita a la Audiencia deberá buscar a la procesada en las próximas horas y, de dar con su paradero, el juicio podrá iniciarse.
Al inicio de la sesión, la Fiscalía renunció al testimonio de una de las víctimas, quien se encuentra interna en un centro. Según incidió el Ministerio Público, la afectada ha tenido intentos autolíticos y presenta una situación psicológica delicada que podría agravarse de declarar en el juicio.
Asimismo, las partes solicitaron que el juicio se celebre a puerta cerrada, circunstancia que fue aprobada por los magistrados.
La Fiscalía Provincial de Castellón pide 15 años de cárcel para el
padre y 30 años de prisión para la madre por, presuntamente, abandonar, maltratar, abusar y drogar a sus cinco hijos menores de edad. Cuando sucedieron los hechos, la familia vivía en Almassora y, posteriormente, en el Grau. «No afrontaron el menor cuidado de sus hijos, incumpliendo de forma grave y reiterada los deberes inherentes a la patria potestad, por lo que tras los intentos fallidos de intervención de los Servicios Sociales se declaró a los menores en situación de desamparo asumien
do la entidad pública su tutela», señala el fiscal en su escrito de acusación. Un documento que relata multitud de circunstancias aberrantes que parecen sacados de una película de terror y que dibuja lo que podría ser una especie de casa de los horrores.
Cuando en el 2010, los pequeños, de entre dos y diez años de edad, ingresaron en el centro de acogida Penyeta Roja, se apreciaron «indicadores de riesgo derivados de la negligencia en su cuidado y atención, tales como mal es
tado, delgadez, retraso o desescolarización». Los procesados consumían heroína y cocaína «en presencia de sus hijos», que iban a buscar la droga, «llegando a probarla». Además, la madre, presuntamente, se prostituía y robaba a los clientes delante de los niños, alguno de los cuales robaba cobre con el padre. Asimismo, mantenían relaciones delante de ellos, además de ver películas pornográficas en su presencia. Una de las niñas incluso fue víctima de abusos por parte de dos familiares.