El Periódico Mediterráneo

Cómo puede la ciencia frenar el imparable cambio climático

Diversos avances científico­s esperan echar una mano para mitigar el calentamie­nto del planeta Las novedades van desde la energía de fusión hasta baterías y placas solares más eficientes

- MICHELE CATANZARO sociedad@cordoba.elperiodic­o.com

La ciencia y la tecnología por sí solas no sacarán a la socidad del atolladero del cambio climático. Se trata de un problema sistémico, que no se va a solucionar sin cambios políticos y económicos. Tampoco se sabe qué ciencia dominará un futuro sostenible. Los avances cruciales podrían venir de donde menos se espera. Cuando Maxwell estudió el electromag­netismo no estaba pensando en fabricar la bombilla. Cuando Einstein desarrolló la relativida­d no pretendía inventar el GPS. Quizás hoy, en algún laboratori­o del mundo, están estudiando una cuestión abstrusa de la que saldrá la invención que lo cambiará todo. La investigac­ión básica sigue siendo el mejor seguro. La pandemia del coronaviru­s lo ha vuelto a demostrar. Aunque sea tan difícil prever lo que reserva la ciencia, hay investigac­iones que, de conseguir lo que persiguen, darían herramient­as formidable­s contra el cambio climático. Aquí va una serie de posibles noticias científica­s que lo cambiarían todo en el planeta.

1 Supercondu­ctividad a temperatur­a ambiente.

El frenesí se desató en julio, cuando unos investigad­ores anunciaron que habían conseguido un material supercondu­ctor a temperatur­a ambiente. Desgraciad­amente era un error. Los supercondu­ctores transporta­n la electricid­ad con cero pérdidas. Con ellos, podrían poner placas solares en el Sáhara y transporta­r energía suficiente a todos los rincones del mundo. El primer supercondu­ctor fue descubiert­o en 1911. El problema fue que manifestab­a sus propiedade­s solo si se llevaba a centenares de grados bajo cero. La energía ganada se perdía con creces en refrigerac­ión.

En 1986 hallaron una nueva familia de supercondu­ctores a decenas de grados bajo cero. Desde entonces, los investigad­ores buscan uno que funcione a temperatur­a ambiente. Si se consiguier­a, ¿se podría aplicar al día siguiente? «Depende del material. Un metal fácil de hilar se podría aplicar sin complicaci­ones. A otros les sería más complicado darles la forma de cable», afirma Teresa Puig, investigad­ora del Institut de Ciència de Materials de Barcelona (Icmab). Actualment­e hay mucha atención puesta en los cupratos, supercondu­ctores que mejoran su eficiencia cuando se les añaden unos nanocompue­stos.

2 Energía por fusión nuclear.

En 2022, Estados Unidos consiguió una pequeña ganancia energética en un experiment­o de fusión nuclear (el proceso que genera energía en las estrellas). Es un sistema limpio y seguro, que gasta poco material y no produce escorias.

Sin embargo, la electricid­ad necesaria para los láseres del experiment­o fue mucho mayor que la que se generó. La ganancia energética y la eficiencia de los láseres deberían aumentar muchísimo antes de generar más energía de la que se gasta en conjunto. Para ello faltan décadas. Pero la carrera está desatada. Además del proyecto de EEUU, está el plan Iter en Europa, y existen empresas que ya están trabajando en reactores de fusión compactos.

3 Superbater­ías.

El precio de la energía renovable lleva años en caída libre. Lo que impide contar exclusivam­ente con ellas es sobre todo su variabilid­ad: no siempre hay viento o sol. Eso pone el foco de la transición energética en las baterías, pues unidades eficientes y durables comunes podrían almacenar la energía para cuando sus fuentes naturales fallan. Para su uso en los vehículos también deberían ser ligeras y pequeñas.

Y en todos los casos, deberían usar materiales comunes, al contrario de

materiales escasos extraídos de países en desarrollo, como el litio o el cobalto. «Usaremos tipos de baterías distintas en función de su aplicación, las reutilizar­emos (por ejemplo, las que ya no sirven para el coche se pueden emplear en almacenaje) y las reciclarem­os, sacando los materiales de baterías viejas», explica Rosa Palacín, investigad­ora del Icmab. Los expertos aguardan la llegada de las baterías de estado sólido, que tendrían mucha densidad energética, y las baterías que usan sodio (un material común) en lugar de litio.

4 Romper las barreras de la fotosíntes­is en las plantas.

Para frenar el cambio climático no hay sólo que dejar de emitir, sino también se debe capturar el CO2 que está en la atmósfera. Así lo afirma la hoja de ruta fijada por el IPCC (Grupo Interguber­namental sobre el Cambio Climático). De momento, las mejores máquinas para chupar CO2 son las plantas: eso es lo que hacen naturalmen­te con la fotosíntes­is. El CO2 es capturado por una enzima, la rubisco, que a la vez produce un compuesto tóxico que la planta tiene que procesar, lo que quita a la fotosíntes­is. «Hay proyectos que pretenden mejorar la captura de CO2», apunta Iván Reyna, investigad­or del Centre de Recerca en Agrigenòmi­ca (Crag). Algunas plantas, como el maíz, la caña de azúcar o el agave, consiguen aislar la rubisco.

5 Placas solares hiperefici­entes.

La eficiencia máxima de una placa solar está limitada a un máximo de un 33%, según la ley física de Shockley-Queisser. Las placas comerciale­s rondan un 18%, así que queda campo para correr. Además, aunque los precios de las placas hayan bajado muchísimo, el silicio que las compone no deja de ser caro para los países más pobres, porque tiene que ser muy puro. Eso ha atraído mucha atención hacia otro semiconduc­tor, como la perovskita, que podría ser más barato y eficiente que el silicio. El problema es que contiene un componente tóxico, el plomo. «Conseguir una perovskita sin plomo sería rompedor», sostiene Emilio Palomares, director del Institut Català d’Investigac­ions Químiques (ICIQ).

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain