220.000 hogares monoparentales no tienen reconocidos sus derechos
Las familias de la Comunitat Valenciana con un solo progenitor denuncian su desprotección Reclaman más apoyo económico y medidas para favorecer la conciliación en su primer congreso
Ainhoa se define como una «orgullosa madre soltera». En 2014 se sometió a un costoso y complicado proceso de reproducción asistida, pero las dificultades se acrecentaron después de nacer su hija. Cuando pidió un cambio de horario en su empresa para poder cuidarla se lo denegaron bajo el argumento del «tú te lo has buscado». Fue a juicio y lo ganó. Llegó el confinamiento y un día, cuando daba de mamar a su bebé, su vida dio un vuelco: reparó en un bulto que resultó ser un cáncer de mama a cuyo tratamiento se le suma una enfermedad neurodegenerativa. A sus 48 años, Ainhoa está jubilada, no podrá trabajar más y cobra una pensión de apenas 700 euros al mes con la que tiene que sacar adelante a su hija.
Ana, progenitora única de sus tres hijas (la primera de un padre ausente y dos mellizas por reproducción asistida), narra los graves problemas para conciliar entre horarios laborales imposibles que en la empresa le obligaban a reducir jornada y sueldo, y solicitudes de becas de comedor escolar rechazadas porque dicen que no cumple el requisito de renta. «Tengo el título de familia numerosa monoparental especial pero no me sirve de casi nada, siento que
se me penaliza», lamenta, angustiada por el «vértigo» de ser el único sostén económico de sus niñas.
El primer congreso de familias monoparentales de la Comunitat Valenciana reunió ayer cientos de ejemplos de este modelo de crianza y convivencia que se encuentra cada vez más arraigado en la sociedad para visibilizar la valentía, los esfuerzos y sacrificios de sus protagonistas y para poner el foco
en la falta de ayudas, la desprotección y las penurias a las que en muchas ocasiones se enfrentan los progenitores que bien por decisión propia o bien forzados por los vaivenes de la vida sacan adelante en solitario la crianza de sus hijos, con el punto de mira puesto en la necesidad de que la administración deje de mirar hacia otro lado y refuerce su respaldo a una realidad en auge.
En la actualidad se estima que en la Comunitat valenciana conviven 240.000 hogares monofamiliares, aunque en la práctica solo unas 22.000 familias tienen reconocida esta condición, un desequilibrio que a menudo se explica por el desconocimiento de los derechos y beneficios a los que da acceso el título que se expide a tales efectos, pero también por los obstáculos que se encuentran algunos solicitantes para que se les conceda. En cualquier caso, si en algo coincidieron todas las voces congregadas en la Ciutat de les Arts de València es en que la red de cobertura para atender las necesidades de los hogares con un solo progenitor es todavía muy insuficiente. Una tesis sustentada en cifras oficiales: el 41% de las familias monoparentales españolas está en riesgo de pobreza o exclusión social, mientras que el 53,7% no puede hacer frente a gastos imprevistos.
La presidenta de la asociación de monofamilias, Beatriz Navarro, hizo hincapié en que la conciliación sigue siendo una de las mayores asignaturas pendientes para un colectivo «que ha estado marginado y mal visto pero que va en aumento» y que agrupa a gran disparidad de modelos y perfiles de familias. Navarro demandó «más ayudas reales y apoyo a la administración» ante los «retos e inquietudes» del colectivo.
La conciliación sigue siendo una de las mayores asignaturas pendientes de este colectivo