Puigdemont afirma que dejará la política si no es elegido presidente
El candidato de Junts asegura que volverá a Cataluña en el debate de investidura este verano Descarta hacerlo durante la campaña electoral, incluso aunque esté en vigor la ley de amnistía
E«En absoluto me veo como líder de la oposición», sostiene el expresidente de la Generalitat de Catalunya
l expresidente y candidato de Junts a las elecciones del 12 de mayo, Carles Puigdemont, asegura que volverá a Cataluña para el debate de investidura, sea o no candidato a la presidencia. Así lo explicó en una entrevista ayer en RAC-1, donde confirmó que si no consigue una mayoría para volver a liderar el Govern de Generalitat, dejará el escaño y la política institucional. «En absoluto me veo como líder de la oposición», aseveró.
Según Puigdemont, si no consigue ser restituido en el cargo del que fue apartado con la aplicación del artículo 155 de la Constitución tras declarar la independencia de forma unilateral, su opción será ejercer como expresidente de la Generalitat. «Un expresident no puede estar en el Senado ni en algún consejo de administración», espetó. Para el líder de Junts, con la entrada en vigor de la ley de amnistía se cierra «una etapa política» y se acaba con el «grueso» de la «represión». Y considera que, si los catalanes no le dan su apoyo en las urnas, será el momento de dar un paso al lado.
Pero aun sobre su vuelta, el líder independentista descartó un regreso en plena campaña electoral, aunque la ley de amnistía estuviera ya en vigor y levantaran la ordenes de detención que pesan sobre él. «El regreso que hemos estado trabajando durante tantos años no puede ser un acto de servicio a un partido, ni del mío», afirmó Puigdemont, tras rechazar también algún tipo de «gamberrada» como bajar a hacer un «selfi en Figueras» y volver a subir al sur de Francia, donde reside ahora.
«MALBARATAR» Según el expresidente, su vuelta no debe ser algo personal, sino «institucional», y asegura que no quiere «malbaratar» su «potencial» con algún tipo de actuación «simbólica», argumentó. «Para mí es un tema serio. El acto de regreso es más de país que de partido, tiene que tener un sentido institucional», insistió.
Preguntado por la credibilidad de esta promesa de volver cuando en 2017 ya se hizo un planteamiento similar y no se acabó materializando, Puigdemont alegó que tenía hasta cinco planes para volver «sin ser detenido» si el Parlament lo hubiera hecho president el 30 de enero de 2018, como estaba previsto antes de que fuera suspendido el pleno porque el entonces jefe de la Cámara, Roger Torrent, había recibido avisos de querellas. Pero, según Puigdemont, volver sin esta cobertura, y hacerlo como un «ciudadano» raso, era «poner la presidencia de la Generalitat en el exilio» al servicio de la judicatura y «convertirla en rehén».
REACCIONES La noticia sobre su regreso y la posibilidad de que deje la política si no consigue el propósito de ser presidente provocó una rápida reacción en cascada del resto de formaciones. El más contundente fue el PP, que rechazó convertir la campaña catalana en un « reality show de las fricadas de Puigdemont», y Vox, que consideró que no tenía que estar en los debates sino «en la cárcel», resaltó.
El PSC, en cambio, optó por decir que «la sociedad catalana ya ha superado las lógicas personalistas» y el PSOE, por dar por hecho que Illa será presidente y que, por lo tanto, Puigdemont abandonará la política tras la cita con las urnas. Preguntado por los posibles pactos poselectorales, Puigdemont apostó por reconstruir una mayoría independentista en Cataluña y descartó buscar algún tipo de entendimiento con el PSC, pero avisó de que los socialistas sabrán «lo que tienen que hacer», avisó con un mensaje entre líneas. En este sentido, advirtió de una posible retirada del apoyo de Junts al Gobierno de Pedro Sánchez si los socialistas hacen una operación similar a la del Ayuntamiento de Barcelona, cuando una alianza de última hora entre PSC, Comuns y PP desbancó de la alcaldía a Xavier Trias, que había resultado ganador de las elecciones.