El Castellón pone a enfriar el cava del ascenso a Segunda División
Triunfo costoso frente al colista para distanciar al Córdoba a ocho puntos, con apenas 18 en juego
Que sí, joder, que vamos a ascender!» No hay mejor forma de resumir el CastellónRecreativo Granada. Optimismo contenida, pero el cava del ascenso ya está en la nevera. Tres a cero al colista, con más efectividad que brillantez, pero el Córdoba está a ocho puntos, con 18 en juego. Once más... ¡y a Segunda División!
A raíz de la derrota del Córdoba, amaneció un domingo radiante. La capital de la Plana se asomaba a uno de esos días sinónimo de ascenso (o casi). La elevada temperatura, más propia de junio (cuando realmente se juegan esos partidos tan decisivos) que de mediados de abril, contribuía a ese estado de euforia a duras penas disimulada. Cientos de aficionados ya lucían de albinegro desde por la mañana, pese a lo tardío del horario del encuentro. Imposible encontrar aparcamiento en las proximidades del estadio una hora antes de que el balón rodase.
Los agoreros recordaban al Prat, al Calahorra. Venía el colista y rescataban del sabio refranero aquello de que víspera de mucho, día de nada. Pero estos son otros tiempos. Con Jozhua Vertrouwd por el lesionado Salva Ruiz y Haris Medunjanin (partido en casa, partido para el bosnio) como únicas novedades respecto al Antonio Solana, Dick Schreuder enviaba un mensaje. «¡Aquí no se relaja ni el tato!» (bueno, no exactamente así, pero seguro que es una traducción libre de lo que soltó en el vestuario, mezclando el inglés y el español).
El Castellón rompió las tablas en la primera que tuvo, pronto (minuto 12). Douglas Aurélio --en una posición dudosa-- le puso un caramelito a la cabeza de Raúl Sánchez, que superaba a Pol Tristán. Lo más difícil ya estaba hecho.
Les costaba activarse, sin embargo, a los albinegros, con un porcentaje de acierto en el pase bastante inferior a lo cotidiano, lo que permitió tímidos acercamientos de los nazarís ante Gonzalo Crettaz. No era un choque vistoso y, encima, el Castellón no inquietaba de nuevo al último de la fila.
PORTEROS PROTAGONISTAS El autor del 1-0 puso fin al letargo, por decirlo de algún modo con una brillante acción. Estaba juguetón, el 10. En esas, Crettaz acudió a su habitual cita abortando el empate en un mano a mano con Pablo Sáenz. El descanso llegó con el paradón del portero del Granada B a otro uno contra uno, con Douglas Aurélio. Tampoco pudo con él Daijiro Chirino en la segunda in
tentona. En todo caso, la cosa estaba más abierta de lo imaginado.
Aunque Douglas Aurélio tuvo el 2-0 a los 30 segundos de la reanudación, más cerca estuvo Pablo Sáenz del empate: remate fuera de palos por centímetros. El Castellón, empeñado en poner un punto de suspense al encuentro.
Más adelante, en otros 30 segundos, los locales tuvieron dos ocasiones que no entraron de manera inverosímil. De nuevo Raúl Sánchez (el larguero lo impidió) y Jesús de Miguel pudieron llevar el sosiego a los 12.530 espectadores, enfilando la media hora final. Habría que esperar un poquito más.
El Granada B, sin nada que perder, siendo equipo ya de Segunda Federación, se crecía. ¡Qué más les daba ya! Generaban situaciones de peligro, que, por sus limitaciones, no le permitían ir más allá del uy. Unos recursos, que a Sergio Moyita, al fin le permitieron rubricar la victoria (min. 73).
EL RESPIRO... Y LA GOLEADA En el saco, ya, el pasaporte para los playoff, la plaza para la próxima Copa del Rey... pero, sobre todo, los ocho puntos al Córdoba.
Todo estaba decidido. Tiempo para incrementar las estadísticas con el 3-0 de Gervane Kastaneer para estrenar su paternidad (le negaron, incluso, el doblete) y para que la ola poblara las gradas de Castalia. ¡Qué espectáculo!
El público aún permaneció unos minutos para saludar a unos jugadores que, tras cuatro victorias seguidas, ya ven la meta.