Los aficionados logran parar el veterinario en el ‘bou al carrer’
El Consell aprueba ‘in extremis’ una moratoria de imponer esta figura para hacer las guías de ida y vuelta de las reses a la explotación de origen
El Consell ha paralizado la entrada del veterinario en los bous al carrer (toros y vaquillas de corro) tras la solicitud de los aficionados. De esta manera, el Gobierno valenciano mueve ficha después de que la Federació de Penyes de Bous al Carrer de la Comunitat detectara hace dos meses la existencia de un decreto del anterior gobierno del Botànic, redactado por Compromís en abril del 2023, que legislaba la imposición velada del veterinario para hacer las guías de ida y vuelta de las reses autóctonas (que hasta la fecha las realizaban las OCAPA comarcales). Un decreto, que según la federación, no se notificó a la Conselleria de Interior y Justicia, competente en la materia. «Con la normativa de Compromís sería necesaria la presencia de un veterinario habilitado para la realización de la guía de vuelta, repercutiendo el gasto en el organizador del festejo», según la federación.
«Tras enterarnos, desde la federación de peñas de bous al carrer y la asociación en defensa de les tradicions de bous al carrer, solicitamos a la Conselleria de Agricultura la derogación del mismo. Por la prontitud de la norma que entraba en vigor este abril de 2024, se ha tenido que realizar una moratoria», declararon desde la federación, quien señaló que «el veterinario es una línea roja que hoy por hoy no podemos permitir».
Recordó que el coste medio de un veterinario por acto en los bous al carrer se sitúa en unos 300 euros, algo inasumible para las asociaciones de la Comunitat, que pagan sus fiestas de las cuotas de los socios.
En concreto, lo que aprobó ayer el pleno del Consell es la ampliación de la moratoria, dos años más, para la emisión de dichos certificados sanitarios de traslado en los festejos taurinos tradicionales de la Comunitat, en el que se reseñe expresamente que ampara la vuelta a la explotación de origen de bovinos que participen en festejos tradicionales sin sacrificio.
Esta modificación afecta a la disposición transitoria primera del
Decreto 58/2023, que establece que «de manera excepcional» y mientras no se disponga de personal veterinario habilitado, la emisión antes citada pueda ser realizada por el servicio veterinario oficial, durante el periodo de un año, que ahora se amplía a tres.
La Conselleria de Agricultura argumentó que sin esta ampliación se hace difícil llevar a cabo, con normalidad, los festejos, sin infringir la normativa y crear incertidumbre en su desarrollo, ya que todo esto requiere de un proceso de preparación y fases previas que exceden el plazo fijado.
El Consell incidió en que también requiere la modificación previa del Reglamento de bous al carrer y apeló a definir la figura con mayor precisión en los festejos, la necesidad de una formación ade
cuada y su concreción de la selección y contratación.
Por su parte, la presidenta del colegio de veterinarios, Natalia Gil, calificó de exagerado dar una moratoria de dos años más para hacer algo que ya era una obligación legal hace años. «Existen suficientes veterinarios», argumentó. Asimismo, reivindicó la necesidad de esta figura para asegurar el bienestar y, en este caso, la trazabilidad de los animales, necesaria en todos los movimientos y en los espectáculos. Además, defendió que los veterinarios están y formados y se siguen formando. A su juicio, la moratoria será de aplicación a menos que antes se modifique el decreto de bous, que, a su juicio, ya nació con defecto: «Somos la única provincia sin veterinario en los festejos», aseveró ayer.