La plaga de la mosca vuelve con fuerza y enciende las alertas en la citricultura
Fincas de municipios como Nules, Vila-real o Burriana están infestadas y los productores reclaman más medios para poder combatirla
Su nombre científico es Dialeurodes citri, pero a pie de campo todo el mundo la conoce como mosca blanca. Esta plaga, que provoca que se forme una gran cantidad de melaza, ensucia las hojas y afecta negativamente a la calidad de las naranjas y mandarinas, es una vieja conocida del sector, aunque la novedad ahora es que este año vuelve con fuerza. Las fincas de Nules, Vila-real o Burriana infestadas de mosca se cuentan por decenas, lo que ha encendido las alarmas de los productores que se van a ver obligados a invertir una gran cantidad de dinero en tratamientos fitosanitarios. Y todo cuando está a punto de acabar una segunda parte de campaña marcada por los precios a la baja a consecuencia de la entrada masiva fruta barata de Egipto.
Los primeros en dar la voz de alerta han sido los agricultores de Nules. «Nuestro término municipal está lleno de mosca y lo peor de todo es que se han detectado unos nuevos tipos de plaga para los que no contamos con tratamientos eficaces», explican desde la Associació de Llauradors de Nules.
En estos momentos, y según este colectivo, hay cinco especies de mosca banca que afectan a los cítricos de Castellón: la mosca blanca japonesa (Parabemisia myricae Kuwana ); la algodonosa (Aleurothrixus floccosus Maskell); la Bemisia afer, la Dialeurodes citri y la Paraleyrodes minei. Las tres últimas, a diferencia de las dos primeras, no necesitan brotaciones nuevas y pueden desarrollarse sobre cualquier estado de desarrollo de las hojas. «Este crecimiento desmesurado de tipos de mosca y poblaciones tiene como consecuencia la aparición de la temida y famosa negrilla, puntos negros que recubren la piel de las naranjas y las devalúan desde el punto de vista comercial», explican los agricultores de Nules.
La plaga de la mosca está complicando todavía más el final de esta campaña y amenaza con empañar la próxima y los productores denuncian que no tienen medios para hacerle frente. «Aunque tenemos el depredador Cales noacki, responsable del control biológico de la mosca blanca algodonosa y que también parasita otras moscas blancas, no tiene la misma eficacia con las nuevas apariciones de mosca que se han detectado», explican los agricultores de Nules, quienes denuncian «la falta de herramientas para el control de esta plaga» y culpan al director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal, Valentín Almansa, «que ha sido el primero en Europa en prohibir los fitosanitarios para combatir dichas plagas».
Carta de la Unió
La mosca preocupa, y mucho, a los agricultores y la Unió Llauradora ya ha pedido al Ministerio soluciones. En una carta remitida hace tan solo unos días al ministro Luis Planas, la organización que preside Carles Peris pide al Gobierno que inicie un estudio exhaustivo que permita la importación desde Italia del parasitoide Encarsia Laurensis. «Este parasitoide, originario de Estados Unidos, ya fue introducido con éxito en Italia, logrando de manera consistente mantener las poblaciones de mosca blanca por debajo del umbral económico de daño», apunta Peris, quien recuerda que la plaga de la mosca supone «una amenaza considerable para la citricultura de la Comunitat, provocando un aumento en los costes de producción y un impacto negativo en el medio ambiente».
Quien también reclama más ayudas para luchar contra las plagas es el conseller de Agricultura. José Luis Aguirre, que ayer participó en la reunión de la Conferencia Sectorial de Agricultura y el Consejo Consultivo de Política Agrícola y Pesquera, criticó que el Ministerio reduzca el presupuesto destinado a sanidad vegetal.