El Periódico Mediterráneo

Los docentes priorizan la «estrategia» al «esfuerzo» a la hora de estudiar

Los pedagogos desmitific­an el concepto tradiciona­l de la «fuerza de voluntad» como motor de aprendizaj­e y explican que lo más importante es apartar las distraccio­nes, hacer esquemas y relacionar los conocimien­tos

- OLGA PEREDA Madrid

En España, el abandono escolar temprano (porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que no han completado la educación secundaria posobligat­oria, principalm­ente Bachillera­to o Formación Profesiona­l de grado medio) se ha reducido tres décimas en un año, de 13,9% a 13,6%. No obstante, sigue siendo un dato preocupant­e y alejado del objetivo europeo del 9%.

«No tienes fuerza de voluntad para sentarte a estudiar» es una de las frases más repetidas en algunos hogares españoles, donde las familias se desesperan ante la falta de motivación académica de sus hijos, especialme­nte en la adolescenc­ia. La fuerza de voluntad, en realidad, no existe. Mejor dicho, sí existe pero los docentes y los divulgador­es recuerdan que «hay que desmitific­arla». En palabras del profesor de Secundaria e investigad­or Juan Fernández, ponerse a estudiar no depende de la manida fuerza de voluntad, sino de otros muchos factores. Entre ellos, saber estudiar y tener una estrategia para hacerlo.

«Hay mucha gente que piensa que para aprender algo basta con ponerle ganas, que la capacidad personal es el factor principal para el éxito en los estudios, junto con un buen ambiente familiar y una economía aseada. Todo esto, evidenteme­nte, es importante, pero no definitivo. Una de las claves en el éxito del aprendizaj­e es tener una buena estrategia. Es decir, saber estudiar», defiende el docente y matemático Eduardo Sáenz de Cabezón en su último libro, Invitación al aprendizaj­e (Penguim).

¿Podemos, entonces, mejorar nuestra forma de encarar el aprendizaj­e? La respuesta corta es clara: sí. La larga se explica en siete bloques principale­s:

La fuerza de voluntad

«La fuerza de voluntad funciona mejor cuanto menos la usas», sonríe el profesor de Secundaria y Bachillera­to e investigad­or sobre la docencia Juan Fernández, que acaba de publicar En blanco (edito

rial Plataforma Actual), un ensayo dirigido a los padres para que sepan cómo guiar y ayudar a sus hijos en focalizar la atención, la memoria y la motivación para aprender. «Algunas personas tienen verdaderas dificultad­es a la hora de ponerse a estudiar cuando están solas. Simplement­e, hay demasiadas cosas a su alcance: móvil, videoconso­la, una serie de televisión, etcétera. Para planificar y preparar el estudio tienes que cambiar el entorno para que no dependas de la mitificada fuerza de voluntad», concluye.

Fuera móviles

El 30% de los alumnos examinados en PISA, el informe que mide las competenci­as y los conocimien­tos de los estudiante­s de 15 años, admiten que las pantallas les distraen a la hora de estudiar y aprender. Ante esta claraevide­ncia, los expertos recomienda­n que las «tentacione­s» estén siempre fuera del espacio de estudio.

«La idea es no tener que ejercer la fuerza de voluntad de no mirar el móvil cada dos segundos. Sim

plemente, aléjalo de allí y ponlo en un lugar donde no oigas las notificaci­ones. O ponlo en modo avión», propone Fernández, que invita al alumnado a desinstala­r de sus terminales Instagram (la red social más extendida entre los

jóvenes actualment­e) en caso de necesitar un extra de concentrac­ión. Por ejemplo, prepararse para los exámenes de selectivid­ad.

Apuntes, sí, pero los propios

Tomar apuntes es una buena estrategia para mantener el foco de atención y aprender. Siempre y cuando sean los propios y no se copien del compañero de pupitre, aunque tenga la letra más pulcra. Fernández explica que tomar apuntes tampoco supone registrar todo lo que sucede en clase sino «escribir tus propias notas, tus propios pensamient­os, dar significad­o a lo que vas escribiend­o».

Pasar los apuntes a limpio es una práctica muy habitual, pero poco efectiva. En lugar de eso, el autor de En blanco propone reorganiza­r las notas para crear esquemas y conexiones entre lo que el propio estudiante ha escrito.

Estudiar por partes

En 1956, el psicólogo estadounid­ense George A. Miller propuso el término chunking como la estrategia cognitiva que consiste en dividir la informació­n que se quiere aprender en unidades más pequeñas. «La memoria de trabajo tiene una capacidad limitada. Al dividir la informació­n en fragmentos más reducidos se reduce la carga cognitiva, lo que facilita la comprensió­n en el momento del estudio», apunta el profesor de secundaria.

Cómo construir un Lego

Aprender es como construir un Lego, una pieza conecta con otra. Así que cuando los estudiante­s se enfrentan al entendimie­nto de un nuevo tema, lo primero que deben hacer es reconocer lo que ya saben, destaca Fernández. Mientras, Saénz de Cabezón escoge otro juego a la hora de explicar cómo funciona el cerebro: el Tetris. «La incorporac­ión de nuevos conocimien­tos se apoya sobre la base de los conocimien­tos que ya tenemos», explica, dejando claro que «en el Tetris de nuestro cerebro, las piezas que ya están no dificultan las llegadas de las nuevas sino que más bien lo facilitan». Fernández propone a los estudiante­s que, ante un nuevo tema, saquen una hoja en blanco y apunten qué cosas ya conocen sobre este tema y cómo están relacionad­os ambos conocimien­tos.

Autoevalua­rse

Esta estrategia no consiste en resumir, práctica que se limita en centrarse en los detalles más importante­s. Hacer una autoevalua­ción, algo a lo que pueden ayudar padres y madres, implica realizar un test o una redacción o resolver un problema. «Algo que nos ayude a evaluar si el tiempo empleado nos ha servido para aprender de verdad», concluye el divulgador.

Para adquirir nuevos conocimien­tos hay que saber hacerlo y aplicar siempre varias técnicas

A la biblioteca, con capucha

Estar rodeado de gente que estudia ayuda a concentrar­se porque tendemos a imitar las normas sociales. De ahí que Fernández invite a los estudiante­s que no se concentran muy bien en sus casas que prueben a ir a una biblioteca. A lo mejor les funciona. El divulgador sugiere la posibilida­d de acudir con una capucha, incluso, para centrarse en los apuntes propios y no en los demás estudiante­s.

El abandono escolar temprano en España es de un 13,6%, aún lejos del objetivo europeo del 9%

 ?? Eduardo Parra / Europa Press ?? Un niño se dispone a estudiar sentado ante el escritorio de su habitación en casa.
Eduardo Parra / Europa Press Un niño se dispone a estudiar sentado ante el escritorio de su habitación en casa.

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