Sánchez: «Hay que ganar bien para poder gobernar»
El líder del PSOE pide a los catalanes que mañana se rebelen contra el PP y Vox
Un «tres en raya» socialista: en la Moncloa, en el Ayuntamiento de Barcelona y, ahora, en la presidencia de la Generalitat. Esto es lo que pidió ayer Pedro Sánchez cuando pisó la cancha del pabellón de la Vall d’Hebron hace justo un año a las puertas de las elecciones municipales. Las dos primeras fichas están colocadas. Y a pocos minutos del cierre de una campaña catalana más suya también que nunca y desde el mismo escenario se desgañitó para pedir que se mueva la última para catapultar a Salvador Illa hasta la Generalitat. «Pedimos una amplia victoria para ganar bien y poder gobernar», exclamó enfundado en una camiseta con el logo del rostro del candidato del PSC, su gran puntal político y electoral en estos momentos.
De lo que pase el domingo depende también el futuro de la legislatura española. Sánchez e Illa tienen unidos sus destinos. «Se nota que te sientes muy a gusto en Cataluña y Cataluña se siente muy a gusto contigo», aseguró el presidenciable ante un auditorio que reventó el aforo (3.500 personas dentro y 500 fuera siguiendo el acto en una pantalla, según la organización) y que se inundó de banderas catalanas. Lejos quedan los cinco días con el alma en vilo del inicio de campaña que vivió el PSC a la espera de si Sánchez dimitía o no, un convulso momento que han tratado de convertir en palanca electoral para movilizar el voto.
La disyuntiva del 12M
Los socialistas evitaron verbalizar que la disyuntiva del domingo sea entre Illa y Carles Puigdemont. La pretensión en todo momento fue la de no dar alas al candidato de Junts y centrarse en que mantienen la pole position en todas las encuestas y en proyectar que «el cambio» se roza con la punta de los dedos. Así que la dicotomía la plantean en términos de «avance, estabilidad y convivencia» o bien «parálisis o bloqueo»; entre otro presidente independentista tras una «década perdida» por la «confrontación» del procés, o bien el único aspirante que no lo es que
tiene posibilidades de alcanzar la Generalitat. Eso sí, a sabiendas de que el pacto para hacerlo realidad se antoja muy complejo.
Si Sánchez ensalzó la «vía ancha de convivencia» que considera que Illa ha logrado abrir, el líder del PSC presumió de que Cataluña está «mejor que en 2017 y 2018» y que esto es así por el «coraje» del presidente del Gobierno. No mencionó los indultos o la amnistía, pero se refería justamente a ello.
De hecho, Sánchez atribuye gran parte de la actividad de la «máquina del fango» del PP y Vox
a esa apuesta por la desjudicialización. A ambos partidos los ha enmarcado bajo las «mismas siglas de retroceso» y en esta campaña ha considerado que los populares están ya integrados en la «ultraderecha». Por ello pidió a los catalanes que se rebelen contra ellos de la misma forma que lo hicieron en las generales. «¡Quien pueda votar, que vote!», exclamó versionando el «el que pueda hacer, que haga», lanzado por José María Aznar en noviembre en plenas negociaciones entre los independentistas y el PSOE para la investidura.