Las inundaciones de Río Grande anticipan el drama climático de Brasil
El agua ha dejado 127 muertos, 375 heridos y ha afectado a 1,5 millones de personas
El futuro climático llegó a Brasil con sus señales catastróficas en Río Grande del Sur. Las imágenes de un estado bajo las aguas, con alturas de más de cinco metros, han sido tan elocuentes que dejaron sin habla al país. El cielo sigue lanzando sus amenazas. Algunas autoridades apenas balbucean palabras dramáticas mientras se
contabilizaban las víctimas fatales de las lluvias e inundaciones, unas 127, los 374 heridos y 146 desaparecidos que pueden engrosar la lista de muertos, los 1,5 millones de personas afectadas. El daño se ha esparcido como un torrente por
123 ciudades, 300.000 edificios residenciales, 800 centros sanitarios, 682 escuelas, 1.347 templos religiosos y 2.601 propiedades agrícolas. Todo ha sido tan devastador como, hasta cierto punto, esperado por los ambientalistas.
La reciente catástrofe supone para los científicos un punto de inflexión y el anuncio de que todo será peor. «Las tragedias climáticas en Brasil están ocurriendo antes de lo previsto», reconoció el destacado climatólogo brasileño Carlos Nobre. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) contemplaba una serie de fenómenos brutales como sequías e inundaciones para la década de 2030 o 2040. «Está ocurriendo mucho antes». Las previsiones deben ser revisadas a la luz de los últimos acontecimientos.
Las calamidades se aceleran, y Río Grande es la prueba material de sus efectos. El informe 2023 del IPCC ya había establecido una relación entre las fuertes lluvias y el cambio climático.