El Periódico Mediterráneo

Las historias detrás de los fantasmas de Castelló

La capital esconde una gran cantidad de misterios e historias trágicas. Aunque muchos de estos incidentes queden olvidados por el tiempo, a veces resuenan los ecos del pasado para prevenir que los mismos caigan en el olvido

- MAR GOTERRIS Castelló

La ciencia es un área del conocimien­to en desarrollo y todavía quedan muchos fenómenos de la naturaleza que no puede describir. Si bien hemos podido explicar alguna de las historias de fantasmas, aún nos quedan muchos sucesos paranormal­es por comprender. A continuaci­ón, se podrá descubrir una recopilaci­ón de las historias detrás de los lugares con mayores misterios paranormal­es de la ciudad de Castelló.

EL ESPÍRITU DEL ECCE HOMO.

La primera historia del recorrido del misterio es el callejón del Ecce Homo, cercano a la plaza Mayor de Castelló. Antiguamen­te, la calle era conocida como el carreronet del pes de la farina pues allí se situaba un establecim­iento público donde se comprobaba el peso del grano molido, para evitar fraudes.

Sin embargo, en septiembre de 1672, el callejón fue testigo de un asesinato: el presbítero Vicente Tort perdió la vida por un trabucazo. Si bien, no se encontró al culpable ni existe constancia de los motivos del hecho, las malas lenguas teorizaron que fue asesinado por el marido de una feligresa de su parroquia, con la cual mantenía una relación muy estrecha. Cuando se enteró el señor obispo, decretó poner en el callejón una imagen de una Virgen Dolorosa y un Ecce Homo, cubiertos por una pequeña bóveda y esta es la imagen del carreró que conocemos hoy día.

Pero, los ecos del pasado retornan y varios vecinos de Castelló cuentan haber sentido una presencia extraña. Narran haber escuchado voces, gritos y hasta sonidos de disparos cuando pasaban por ahí. Todo ello, sin conocer la historia detrás del callejón, sumando más incógnitas al misterio.

LOS ECOS DEL CINE LA PAZ.

La siguiente parada pasa por el antiguo cine La Paz de Castelló. En este edificio, 21 menores y un soldado perdieron la vida en el cine por culpa de una broma pesada.

Era una tarde lluviosa de 1918 y el cine proyectaba una sesión infantil a la que solamente asistieron tres adultos: un padre, un soldado de permiso y el proyeccion­ista. En un momento, la correa del proyector se rompió y el cine quedó a oscuras unos minutos, así que algunos niños decidieron encender cerillas para alumbrarse. Entonces, alguien del piso alto gritó: fuego, sálvese quien pueda. Esta alerta, posiblemen­te acrecentad­a por el recuerdo del incendio que sucedió en el cine de Vila-real unos años atrás, sembró el pánico en la sala. La mayoría de los asistentes huyeron corriendo hacia la salida que comunicaba a la calle Asensi, atropellán­dose unos a otros, aplastando a quienes se tropezaban y apuñalándo­se con los paraguas para poder evitar la asfixia, según contaron los supervivie­ntes.

Después del incidente, el cine se mantuvo cerrado unos años y volvió a abrir en 1924 con el nombre Doré y, actualment­e, el edificio acoge una franquicia de cosmética. No obstante, muchas personas que han trabajado en el edificio expresan haber sentido un ambiente pesado en las salas, con bajadas de temperatur­a inexplicab­les, ver figuras por el rabillo del ojo y, en general, haber vivido experienci­as inexplicab­les.

APARICIONE­S EN EL PARQUE.

Muchos vecinos no sabrán que el parque Ribalta solía ser el cementerio municipal de Castellón hasta el 13 de mayo de 1861. El cambio se debió por un brote de cólera morbo que acechaba la ciudad, para poder alojar más cuerpos en el camposanto, pues estaba llegando a la capacidad máxima, y para alejar la enfermedad de la ciudad. La exhumación de los cuerpos fue muy rápida porque había prisa de ejecutar la nueva carretera de Morella. De esta forma, el proceso tuvo lugar de forma negligente y se excavaron tumbas sin volver a enterrar los cuerpos. En este caso, es más complicado notar hechos paranormal­es en sus caminos, pues es un parque ajetreado y ruidoso. Sin embargo, varias personas afirman haber tenido experienci­as inexplicab­les en este lugar, incluso a plena luz del día.

EL INSTITUTO RIBALTA. Los lugares con mayor presencia de sucesos paranormal­es son aquellos donde muchas personas han perdido la vida. Este fue el caso del Instituto Ribalta, el cual se convirtió en hospital militar del ejército de Levante con la entrada de las tropas franquista­s en Castelló, en 1938 y hasta el final de la Guerra Civil. Anteriorme­nte, el edificio había albergado refugios antibombas que todavía se encuentran escondidos en el mismo.

Un espacio con tanta historia y que ha sido el lugar de muerte para tantas vidas es el escenario ideal para los sucesos paranormal­es. En este caso, varias personas reportan haber sentido un ambiente tenso en ciertas partes del Ribalta y haber visto cosas inexplicab­les.

Los misterios y las incógnitas nos motivan a expandir nuestros horizontes del conocimien­to. Ante las historias de fantasmas, podemos mirar a otro lado o buscar comprender el porqué de las cosas para avanzar como sociedad.

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La tragedia del cine La Paz todavía se respira en el edificio un siglo después.
El Ribalta fue un lugar donde falleciero­n muchas personas en la guerra civil. La tragedia del cine La Paz todavía se respira en el edificio un siglo después.
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El parque Ribalta es ahora el pulmón de la ciudad, pero era el cementerio municipal hasta el siglo XIX.
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Elisa Gil Gasset

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