«El proyecto de ley de Concordia lo hubiera propuesto aunque gobernara sin Vox»
President de la Generalitat
El martes se cumple un año de la cita electoral que ganó y que lo elevó a la presidencia del Consell tras un pacto rápido con Vox. Doce meses después, evita subrayar las discrepancias con el socio, que no califica
La mañana va intensa, con sesión de control, bronca y dura, en las Corts. Lo que viene después es una jornada larga de inicio de campaña electoral. Carlos Mazón espera en el despacho del president (el apelativo confiesa que le cuesta, porque después tendrá que volver a ser Carlos, así que lo prefiere). Ha cambiado la disposición de muebles que heredó de Ximo Puig, la mesa aparece más ordenada y ha incorporado otra redonda porque no le gusta «despachar» tras la de mando. Las fotos más cercanas son las de la familia, con sus dos hijos, también una de la campaña que le llevó a la presidencia el 28 de mayo de 2023, ahora hace un año. Más lejos, una imagen de su Consell.
— ¿Qué puede decir de este primer año tras ganar las elecciones? ¿Ser presidente está resultando más
complicado de lo que pensaba?
— Sí, porque la herencia era peor de la que pensaba. Y mira que la imaginaba complicada. Pero sí, ha sido peor. En la parte personal, hay demasiadas cosas que hacer como para pensar en cómo me siento. Uno viene llorado de casa.
— ¿De este año, el peor momento fue el incendio de Campanar? de extrema derecha. Carlos Mazón repasa un año intenso y rechaza hablar de reformas del Ejecutivo y adelantos electorales. Anuncia inversiones en próximas semanas por más de 10.000 millones y dice que su primer año ha sido peor de lo que esperaba «por la herencia» — Absolutamente, el momento en el que estaba al lado del controlador del dron y dijo ‘aquí está la familia calcinada’. Otro momento muy duro ha sido cuando Pilar, la señora que tuvo que aplazar su tratamiento de cáncer de páncreas por el tren de Bejís y las quemaduras, murió hace unas semanas. Estuve aquí con ella porque la recibimos, cosa que antes no se hizo .
— ¿Recuerda alguno especialmente bueno?
— El otro día, sin ir más lejos, en Petrer, una señora con un bebé recién nacido me dijo ‘Va a ir a la guardería gratis por ti’. Y cuando he visto a gente que está recogiendo sus tiques en el dentista, o en el oftalmólogo, o en el gimnasio, o en el club de sus hijos, todo gente de rentas medias y bajas, para que les pueda desgravar por primera vez. Y todos los éxitos deportivos, pero que haya subido el Hércules está en el pódium.
— En septiembre, nos dijo que su prioridad era hacer de la Comunitat Valenciana una tierra que atraiga inversiones y personas. ¿Qué balance realiza? Anunció hace unas semanas la planta de bp en
Castellón. ¿Hay algo más? ¿Esperaba más?
— Estoy muy satisfecho con que todos los aeropuertos de la Comunitat han ampliado líneas de conexión. En las próximas semanas vamos a anunciar inversiones ya cerradas extraordinariamente importantes. Estamos hablando de más de 10.000 millones que se van a sumar a las de bp y que van a suponer más de 12.000 puestos de trabajo. Hay cuatro o cinco grandísimas inversiones que estamos a punto de anunciar.
— ¿Tesla, entre ellas?
— No cometeré el error con Tesla ni con otra marca que cometió el anterior Consell, que casi provocó una huida por querer utilizar electoralmente el nombre de la marca cuando no había nada.
— ¿De las medidas adoptadas, se queda con la reforma fiscal?
— Si me pide un pódium, todo lo que esté relacionado con lo hecho en Sanidad y Servicios Sociales. Haber visitado el solar de al lado de La Fe para poner en marcha el plan de la protonterapia, el sistema de lucha contra el cáncer más avanzado, con 25 millones de los valencianos y 25 de Amancio Ortega, que repudió gran parte del Botànic, ese día
sentí que estaba cumpliendo con mi deber. Cuando nos gastamos, que nunca se había hecho, 8 millones en la vacuna de los virus pulmonares a los niños y seis meses después hemos inmunizado 30.000 y hemos reducido las hospitalizaciones de los neonatos en un 70 %. Y, efectivamente, la reforma fiscal, cuando hemos priorizado a las rentas medias y bajas incluso para elegir colegio. La libertad y la prioridad de los que más lo necesitan son compatibles.
— Esta comunidad también es conocida estos días por algunas decisiones polémicas. ¿Se siente cómodo con Vox?
— Me siento cómodo cuando todos hacemos el esfuerzo en el seno del Gobierno de trabajar y avanzar. Un gobierno de coalición no es tan fácil, hablamos mucho y discrepamos en cosas, pero cuando llegamos a la mesa del Consell lo llevamos hablado. No sé a qué tipo de decisiones se refiere.
— Lo último, lo sucedido en Burriana con la película Barbie.
— No me gusta interferir en la autonomía municipal, pero tengo opinión y la mía es que el alcalde (del PP) ha hecho muy bien. Es curioso el tema de Barbie, porque hace 15 años parecía que era un ejemplo de cosificación de la mujer. Yo la vi y me encantó, y la canción es fantástica.
— ¿Nota estar gobernando con extrema derecha? ¿El calificativo, qué sensación le produce?
— Yo no hablo de extrema derecha. Hablo de lo que interesa a los ciudadanos y hasta ahora estoy satisfecho del esfuerzo. Ellos también lo hacen, porque el partido mayoritario somos nosotros.
— ¿No hay censura cultural?
— No hay censura cultural. La hay cuando el Gobierno de España se
carga los premios taurinos. O cuando se decretó la guerra a los bous al carrer. Censura cultural es decir que hacemos el año de Eusebio Sempere y no destinarle ni un acto, ni un euro. No hay censura, sino una política cultural para todos. ¿Cuál es el problema? Que algunos solo quieren la cultura que les gusta.
— Le decía lo de la censura por el Any Estellés. ¿Le parece justo que el poeta no tenga ese reconocimiento?
— El año Estellés no dejaron ningún presupuesto, ningún programa, no hicieron nada. Hay multitud de alcaldes del PP que están promoviendo homenajes a Estellés y estoy a favor. Y si requiere nuestra colaboración, lo haré. Pero creo que hay mucha gente merecedora de ‘años de’.
— ¿Y el proyecto de ley de Concordia lo hubiera propuesto si gobernara sin Vox?
— Sí, porque además venía en el programa del PP. La memoria histórica en este país la ha dictado Bildu y no preguntaron a nadie. En el caso de la Comunitat, he visto al PSOE decir que lo que se merecen las víctimas de la etapa franquista es una ley monográfica y que al ampliar estamos blanqueando a Franco. Significa que no han leído su propia ley, que dice en su artículo 3 que va desde el año 31 hasta el 82.
— El tratamiento de víctima no es el mismo en esa ley para los casos anteriores a la dictadura.
— En el artículo 3 habla del año 31. Como mínimo creo que tiene algunas aristas el tema del espacio temporal.
— De lo que se trata es de si son iguales las víctimas del franquismo que no recibieron ningún reconocimiento y las de la II República, que pasara lo que pasara fue un régimen legítimo.
— Creo que aquí no está en riesgo si son distintas o no, lo que está en riesgo es si vamos a dejar fuera a cualquier víctima de violencia política en la Comunitat. Como cada víctima de violencia de género es distinta. En la propuesta de Concordia, hasta Guillem Agulló podrá reconocerse como víctima de violencia política; con la del Botànic, no.
— El premio Guillem Agulló en Les Corts lo han quitado.
— Los premios en Les Corts tienen una norma que es el consenso y vimos que era imposible. Además es prerrogativa de la presidencia de Les Corts. Nosotros hemos tratado siempre de abrir espacios de consenso y por eso propuse el premio en el marco de la Federación de Municipios y Provincias. Guillem Agulló y cualquier víctima lo que se merece es que no haya manoseo político. Algunos lo utilizaron para lo de costumbre. Es una lástima.
« La Comunitat Valenciana está más polarizada porque todo lo está. Es la España de Sánchez»
— Uno diría que es una lástima generar polémica sobre unos asuntos que parecían, digamos, asentados o de los que se empezaba a pasar página.
— Por eso, cuando se generan polémicas yo intento buscar espacios donde no las haya para desde ahí crecer. Desde la polémica no se puede. Para mí, esa es la concordia.
«Me preocupa tanto la turismofobia exagerada como el crecimiento sin medida»
— Sobre violencia de género. ¿No le huele mal que se registre una entidad con el nombre de Fundación de Hombres Maltratados?
— Esto no va de mi opinión, va de si hay democracia y Estado de derecho en España. Mire, si mañana se juntan seis señores con el objetivo de declarar la independencia de la playa de San Juan, no puedo impedir si cumplen los requisitos que pongan en marcha una fundación. La grandeza de la democracia no está en dar derechos a los que piensan como yo. Uno no puede estar diciendo usted se puede registrar o no. Esto sería chavismo, dictadura.
— Sí que está en su mano la concesión de subvenciones.