El Periódico - Castellano - Dominical
Elogio de la dignidad
Un guasap senatorial revela una penosa confirmación, en palabras de quien guasapea, del control «desde atrás» de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS), desatando un tsunami judicial. De modo descarnado afloran los peores augurios para la ya maltrecha confianza ciudadana en la Administración de Justicia. La decisión de Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda del TS, autodescartándose como futurible presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del TS, le honra como persona y miembro de la carrera judicial. Ha dado, con su hidalgo comunicado, una majestuosa lección que debiera ser imitada por los publicitados y nonatos vocales destinados a ser parte del CGPJ para, de una vez por todas, decir 'basta' a cualquier intento de interferencia política en la configuración del órgano de gobierno del Poder Judicial.